El Gobierno de la Región de Murcia ha terminado la campaña de tratamientos terrestres contra la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), que ha cubierto 700 hectáreas de zonas con afluencia de público y ha supuesto una inversión de 100.000 euros.
El Plan de choque contra la procesionaria del pino en zonas de uso público intenso se estableció para el período 2020-2023, y consta de tres fases: tratamientos aéreos sobre una superficie de 9.200 hectáreas; tratamientos terrestres, sobre 3.440 hectáreas, y un programa de lucha integrada, con una inversión total de 1.153.000 euros.
El pasado 18 de febrero concluyó la campaña de tratamiento terrestre de este año en zonas en las que por su ubicación o afluencia de público la presencia de la plaga puede conllevar algún riesgo para la salud.
Al margen del impacto sobre las pináceas, el efecto más perjudicial se deriva del carácter urticante de las orugas sobre animales y seres humanos, por lo que para garantizar la efectividad de los tratamientos se crea una base de datos que registra el estado larvario y de afección y el tipo de tratamiento a ejecutar en zonas marcadas por los agentes medioambientales. Así, concluida la aplicación, pueden ser procesados todos los datos y conocer con detalle el área y el porcentaje de cobertura alcanzado, lo que será de utilidad para futuras ocasiones. Los municipios con mayores incidencias son Murcia, Fortuna, Bullas, Moratalla, Abarán, Calasparra, Jumilla y Lorca.
Además de las actuaciones de choque, están previstas actuaciones complementarias para la lucha integrada contra la plaga, como la instalación de doscientas cajas nido para que puedan ser colonizadas por aves insectívoras.
Por otro lado, la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, a través de la Dirección General del Medio Natural, sigue con la lucha contra la plagas Tomicus destruens (Barrenillo de los brotes del pino) y Orthotomicus erosus (perforador de pinos) en montes de uso público. Las labores comenzaron a mediados de febrero, cuando se dio el aviso de un posible foco de Tomicus destruens en el paraje Miravete, junto a una zona incendiada en octubre de 2020. Hasta la fecha, se han eliminado alrededor de doscientos pies, y las brigadas forestales trabajan ante la aparición de focos tanto en el propio municipio de Murcia como en el de Santomera. Las actividades que se llevan a cabo constan de las fases de aviso e identificación, inspección por parte de los técnicos y aplicación de las actividades silvícolas precisas, apoyadas con la instalación de trampas de feromonas para el control y monitorización de las poblaciones de estos perforadores de pináceas.
Los síntomas más visibles son la aparición de acículas de color amarillento que, finalmente, afectarán a todo el árbol por completo, y la aparición sobre la corteza del tronco de múltiples perforaciones o agujeros de entrada, de unos 2-3 milímetros de diámetro, denominados volcanes de resina, producidos por el propio árbol como mecanismo de defensa al intentar expulsar a estos perforadores.