La Comunidad de Madrid regulará la concesión de ayudas a las Agrupaciones de Tratamiento Integrado en la Agricultura (ATRIA) para mejorar el estado sanitario de los cultivos y el cumplimiento de los principios generales de la Gestión Integrada de Plagas.

El Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) publicó el 7 de noviembre la orden por la que se establecen las bases reguladoras del sistema de ayudas al asesoramiento técnico en materia de gestión integrada de plagas, a través de las ATRIA, constituidas libremente por agricultores cuyos predios integren una superficie mínima que haga posible el mantenimiento de un equipo técnico mínimo que garantice la eficacia de las técnicas de lucha a aplicar.

Los servicios de asesoramiento contemplados en el régimen de ayudas serán los destinados a la identificación de plagas y enfermedades en los cultivos y al establecimiento de estrategias de prevención, lucha y erradicación contra las mismas. “La lucha integrada contra las plagas de los diferentes cultivos a través de las Agrupaciones para Tratamientos Integrados en Agricultura (ATRIA) ha demostrado año tras año las ventajas de las aplicaciones de estas técnicas frente a los métodos convencionales de lucha, constituyendo una herramienta básica para la vigilancia de la sanidad vegetal en el territorio, el asesoramiento diario y preciso a las explotaciones agrarias y el fomento e implantación de nuevos métodos de control de plagas”, valora la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid en la orden publicada.

Las ATRIA, que deben estar integradas por un mínimo de diez agricultores, pueden tener personalidad jurídica propia e independiente o, por el contrario, estar constituidas dentro de otra entidad. La cuantía máxima de la ayuda por ATRIA y año será de 15.000 euros y, en cualquier caso, no se superará la disponibilidad presupuestaria de cada convocatoria. “La creación de agrupaciones específicas de agricultores permite, por un lado, racionalizar el empleo de los productos fitosanitarios, evitando aplicaciones innecesarias y, por otro, incorporar a la lucha contra las plagas métodos no contaminantes de lucha biológica y técnicas culturales, mejorando así la calidad de los alimentos y reduciendo el impacto ecológico de la lucha química”, expone la orden.