El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias ha manifestado compartir “con las organizaciones y asociaciones agrarias el alivio” por el rechazo del Parlamento Europeo a la propuesta de Reglamento sobre el Uso Sostenible de Fitosanitarios, y ha reivindicado la figura del “prescriptor de productos fitosanitarios” para optimizar la eficacia de los plaguicidas y mitigar los riesgos y efectos perjudiciales asociados a su utilización.
“En España se han logrado muchos avances, tanto en la optimización del uso de herramientas fitosanitarias, como en la gestión integrada de plagas. Pero consideramos que, para alcanzar el objetivo de reducir el consumo de fitosanitarios de mayor toxicidad, sin poner en riesgo la producción alimentaria y el futuro de las explotaciones agrarias, constituyen una buena referencia las experiencias disponibles en la prescripción y administración de los medicamentos utilizados tanto en la sanidad humana como en la sanidad animal, que ha dado lugar a una drástica reducción en el consumo de antibióticos. De estas experiencias podemos deducir la necesidad de que los productos fitosanitarios de mayor toxicidad deben ser prescritos y administrados bajo el control de profesionales habilitados para ello, que comprometan su responsabilidad en sus prescripciones”, sostiene la corporación en un comunicado.
Entre los profesionales más idóneos para desempeñar esta función, el colegio destaca al ingeniero agrónomo por su formación y capacitación especializada. “El conjunto de los profesionales que integran el sector agrario, y los ingenieros agrónomos como parte de él, estamos absolutamente comprometido con proporcionar a los ciudadanos una alimentación sana, de calidad, a precios accesibles y producidos de forma sostenible, lo cual también implica una correcta utilización de los productos fitosanitarios, o lo que es lo mismo su utilización con las máximas garantías de seguridad para prevenir cualquier riesgo o daño a la población, a la producción ganadera, a los cultivos y al medioambiente, pero creemos que cualquier decisión relacionada con la limitación al uso de las materias activas disponibles para luchar de manera eficaz contra plagas, enfermedades y malas hierbas, debe ir acompañada del establecimiento de alternativas eficaces y reales que, sin poner en riesgo la estabilidad económica de las explotaciones, permitan garantizar la seguridad alimentaria”, señala el decano del colegio, Francisco González.
El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias aboga por impulsar la investigación y la innovación en los ámbitos de la gestión integrada de plagas, de la lucha biológica o del desarrollo de las técnicas de edición genómica, así como por avanzar en la optimización y sostenibilidad de su empleo, con objetivos más realistas, alcanzables y con un periodo de transición adecuado para su implantación. “En lugar de imponer restricciones de uso de manera apresurada, el rechazo del Parlamento brinda la oportunidad de buscar soluciones más equitativas y eficaces. Es fundamental fomentar la investigación y el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles que no comprometan la productividad y la seguridad alimentaria”, afirma González.