La Unió de Llauradors i Ramaders y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) van a proponer a la Generalitat Valenciana una batería de propuestas urgentes para hacer frente al grave problema que está causando el cotonet de Sudáfrica (Delottococcus aberiae) en las plantaciones de cítricos. La Conselleria de Agricultura ha convocado hoy una reunión con el sector para analizar, entre otros temas, esta plaga.
Las dos principales organizaciones agrarias de la Comunidad Valenciana denuncian “el fracaso de la actual estrategia de prevención y control del cotonet de Sudáfrica porque su expansión está fuera de control y dejará en la ruina a miles de citricultores de amplias áreas productoras”, así como “el desconocimiento a estas alturas de las nuevas acciones que la Generalitat debería tener previstas para el año que viene puesto que es evidente que lo que ha hecho hasta ahora no funciona y necesitamos una estrategia eficaz cuanto antes”.
La prioridad más inmediata para AVA-ASAJA y La Unió es que el gobierno valenciano establezca una ayuda directa a las explotaciones afectadas en más de un 20 % de su producción potencial. Asimismo, piden ayudas para cumplir con las medidas de bioseguridad e higiene que se establecen en el Plan de Acción contra el Delottococcus aberiae del Ministerio de Agricultura.
Sus propuestas abarcan tanto métodos de lucha biológica como uso de materias activas fitosanitarias. En referencia al trampeo masivo con feromonas, ambas entidades instan a iniciar su fabricación a partir de septiembre y no esperar a febrero de 2022. Para ello, el ministerio debe autorizar de nuevo excepcionalmente dichas trampas. Además, proponen ampliar la proporción de 1x1 a 2x1 en el sistema de ayuda, de tal manera que haya dos trampas subvencionadas por cada una que compre el agricultor, empezar la fase de reservas como muy tarde en enero para garantizar las provisiones y negociar con la empresa distribuidora para que no incremente el precio de las mismas.
En cuanto a las propuestas sobre los parasitoides y depredadores utilizados contra esta plaga, piden financiar la instalación de una planta de cría de microorganismos para el control biológico; una mayor inversión en la creación de una red de insectarios públicos; ayudas para que, además de los comercios privados y cooperativas, los pequeños agricultores tengan sus insectarios privados; fomentar la cría de Anagyrus aberiae y Cryptolaemus montrouzieri e iniciar sueltas masivas en febrero; acelerar gestiones para importar el parasitoide Allotropa delottococci para su rápida cría y suelta masiva; y firmar un convenio entre la Generalitat Valenciana y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) para incentivar la suelta del depredador Cryptolaemus montrouzieri por parte de los ayuntamientos más afectados.
Respecto a los tratamientos insecticidas, ambas organizaciones plantean hacer tratamientos colectivos a través de Tragsa con metil-clorpirifos gracias a una autorización excepcional (su uso está prohibido desde abril de 2020), en zonas muy concretas, de infestación reciente, para evitar su expansión; determinar materias activas eficaces y, si no están autorizadas para cítricos, facilitar los trámites para ampliar su uso o solicitar una autorización excepcional; conocer los efectos secundarios de las materias autorizadas para no dañar la fauna auxiliar; conocer el ciclo biológico de la planta y determinar el momento exacto de los tratamientos.
AVA-ASAJA y La Unió incluyen una propuesta específica para el control de las hormigas, un vector muy importante de esta plaga, y autorizar en su caso materias activas. Finalmente, sugieren establecer un plan de formación para transferir la información disponible a los agricultores y un plan dirigido a evitar la dispersión de la plaga por maquinaria agrícola, cajones de recolección, ropa o utensilios de los trabajadores, así como un sistema de detección temprana para realizar las estrategias de control con antelación.