La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y la Asociación Española del Kaki (AEKAKI) calculan que las pérdidas ocasionadas por el cotonet en el cultivo del caqui en la Comunidad Valenciana ascienden a 40 millones de euros, 25 por la producción perdida y 15 por los sobrecostes económicos.
Ambas asociaciones ya dan por perdidas entre 70.000 y 80.000 toneladas de caquis a causa de los ataques del cotonet (sobre todo, Pseudococcus longispinus), lo que representa una disminución del 20-25% de la producción inicialmente prevista, que se situaba en torno a las 360.000 toneladas. Esta cantidad podría elevarse en las próximas semanas.
Además, cuantifican en un 30% el incremento medio de los costes entre campo y almacén: los gastos en campo aumentan en unos cinco céntimos por kilo en concepto de nuevos tratamientos (hay agricultores que han triplicado el número de aplicaciones) y en 14 céntimos por kilo desde el campo hasta la salida del almacén. “Esta situación insostenible en términos de viablidad ya ha provocado casos de agricultores que han decidido abandonar el cultivo por este año al menos”, aseguran.
AVA-ASAJA y AEKAKI reclaman a la Conselleria de Agricultura del Gobierno autonómico una serie de medidas ante “la preocupación y el malestar del sector por la expansión incontrolada de las plagas y enfermedades del caqui, sobre todo del cotonet, debido a la supresión de materias activas fitosanitarias y la falta de alternativas eficaces”.
La Conselleria de Agricultura ha anunciado que está realizando ensayos con materias activas no autorizadas en el cultivo del caqui para, en su caso, solicitar una autorización excepcional o una ampliación de uso. De cara a la campaña siguiente, va a presentar un Plan de Actuación específico de las plagas y enfermedades del caqui con el objeto de facilitar a los agricultores la información más detallada posible sobre el nombre y el periodo de aplicación de las materias activas para optimizar los resultados de dichos tratamientos. En este sentido, AVA-ASAJA y AEKAKI han pedido una coordinación más fluida con las Oficinas Comarcales Agrarias (OCA) para favorecer la comunicación a los agricultores y han ofrecido su plena colaboración para solucionar este problema “que pone contra las cuerdas el presente y futuro de un cultivo clave en la agricultura valenciana”.