El director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Valentín Almansa, visitó el Delta del Ebro para comprobar la afectación de las malas hierbas en los arrozales, a petición de Unió de Pagesos, que denuncia que la situación se ha agravado por la negativa del ministerio de autorizar excepcionalmente el propanil y el oxadiazon.
La organización agraria pidió el 6 de septiembre a la directora general de Agricultura y Ganadería de Cataluña, Teresa Guillaumes, que instara al ministerio para que el director general de Sanidad de la Producción Agraria pudiera ver de primera mano “la gran abundancia de malas hierbas que harán disminuir la cosecha”. Este año, por primera vez, quedará suelo sin segar en todos los términos arroceros del Delta, según Unió de Pagesos.
“Este año se ha podido comprobar que el uso de los actuales herbicidas autorizados no es efectivo. Esta carencia de herramientas de defensa sanitaria implica graves pérdidas económicas por los productores de arroz. Según un ensayo en una explotación arrocero del Delta, a pesar de haber seguido todos los tratamientos autorizados en las dosis y momentos indicados por los expertos, quedarán 13 hectáreas sin recolectar debido a la imposibilidad de controlar las malas hierbas, con unas pérdidas estimadas en más de 50.000 euros”, calcula Unió de Pagesos, que ha iniciado este mes una ronda de contactos con representantes de los partidos catalanes en el Parlamento europeo y en el Senado para exponerles los graves prejuicios que comporta para el cultivo del arroz la reducción del uso de plaguicidas, como propone la Comisión Europea.
La organización agraria, que ya presentó alegaciones a la propuesta de Reglamento de la Comisión en la consulta pública abierta por el ministerio, argumenta que esta “no está acompañada de ningún estudio riguroso ni de alternativas viables a los fitosanitarios y, por tanto, los objetivos son inalcanzables si no se destinan recursos científicos, técnicos y financieros suficientes para encontrar alternativas a estos productos, económicamente viables, que permitan garantizar la producción agrícola y la viabilidad de las explotaciones agrícolas”.
El principal problema fitosanitario del cultivo del arroz son las malas hierbas; el empleo de herbicidas supone alrededor del 80% de los gastos en productos fitosanitarios en este cultivo. A esta dificultad se le añade la escasa disponibilidad de productos en la actualidad, ya que la mayoría de las materias activas autorizadas están concentradas en dos modos de acción: inhibidores de la ACCasa e inhibidores de la ALS. Por esta razón, está creciendo de forma alarmante el número de casos de poblaciones de malas hierbas resistentes a dichos grupos de herbicidas en las distintas regiones arroceras.