La Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente de La Rioja, a través de la Sección de Protección de Cultivos, ha ejecutado el arranque de una finca de perales de 2,49 hectáreas situadas en Alfaro para el control del fuego bacteriano. Tras agotarse el plazo para actuar por parte de su propietario, la Consejería actuó de manera subsidiaria en esta finca compuesta por seis parcelas catastrales.
La legislación obliga al propietario al “arranque y destrucción inmediata de toda planta hospedante con síntomas, sin necesidad de un análisis bacteriológico que lo confirme o en casos menos graves la extirpación y destrucción de partes de la planta hospedante con síntomas, mediante el corte efectuado, al menos, a 40 centímetros del límite proximal visible de la infección y con desinfección inmediata del instrumental empleado”. Sin embargo, la Consejería de Agricultura asegura que las actuaciones realizadas por los responsables de la parcela fueron “mínimas e incorrectas de cara a evitar la propagación del fuego bacteriano, ya que se ha procedido a cortar y tirar ramas a la calle, apilando los restos vegetales sin hacer la quemar obligatoria de dichos restos vegetales”, y recuerda que la ejecución subsidiaria es “una medida excepcional y extraordinaria, ya que la inmensa mayoría de fruticultores riojanos cumplen con las medidas requeridas por la normativa vigente”.
La consejería ya declaró meses atrás la situación como grave, una vez visto el informe de los técnicos referente a las principales zonas productoras este año, acentuada por las condiciones climatológicas que existieron en el momento de la floración, con una alta humedad a causa de las lluvias primaverales y temperaturas anormalmente elevadas.
Como únicamente existen tratamientos fitosanitarios preventivos y poco eficaces contra el fuego bacteriano, la actuación de los agricultores en el momento de la aparición de síntomas resulta esencial para intentar controlar el avance de la enfermedad en La Rioja. La sección de Protección de Cultivos ha informado al sector en cuatro de sus últimos Boletines de Avisos Fitosanitarios de las medidas de actuación, recordando las obligaciones a cumplir por todos los agricultores. “Este año, el esfuerzo realizado por los agricultores afectados está siendo muy grande, y es por ello que se hace necesaria la actuación de la Administración en aquellos casos puntuales en que no se llevan a cabo las medidas establecidas, destinadas a intentar evitar la propagación a las fincas cercanas”, justifica la consejería.
En 2012, La Rioja dejó de tener el estatus de zona protegida al tener la enfermedad extendida por todo territorio
Esta enfermedad causada por la bacteria Erwinia amylovora afecta principalmente al peral, el membrillero y el manzano. La principal vía de entrada en los árboles es a través de la floración, las heridas de poda o de pedrisco y los frutos y brotes muy tiernos. Para que se produzca dicha infección, además de una vía de entrada, tiene que haber inóculo en el ambiente y darse las condiciones ambientales adecuadas de temperatura y humedad.
Las principales variedades de la DOP Peras de Rincón, conferencia y blanquilla, son sensibles a este patógeno. Las plantas afectadas presentan un aspecto quemado, que se inicia por la parte terminal del brote y se extiende rápidamente a toda la planta hasta acabar con ella.
En 2012, La Rioja dejó de tener el estatus de zona protegida al tener la enfermedad extendida por todo territorio, por lo que debe convivir con la enfermedad y extremar las medidas fitosanitarias para intentar su control y evitar su propagación.