El proceso de renovación del glifosato, herbicida autorizado en la Unión Europea hasta diciembre de 2022, entra en su fase decisiva. Este mes, el Grupo para la Evaluación del Glifosato (AGG), integrado por Francia, Hungría, los Países Bajos y Suecia, presentará el Informe de Evaluación de la Renovación, que será revisado por la EFSA y a los demás Estados miembros. Las empresas impulsoras de su renovación confían en “el peso de la evidencia científica”.
En el segundo trimestre de 2022, la EFSA enviará a la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria sus conclusiones sobre la seguridad de esta sustancia. A partir de estas conclusiones, la Comisión Europea redactará una propuesta legislativa para la renovación o no de la aprobación del glifosato, que se debatirá en un Comité en el que participan expertos de todos los países de la UE. Esos expertos finalmente votarán si el glifosato se puede seguir utilizando o su uso queda definitivamente prohibido.
Para elaborar su informe, la AGG recibió hace un año un extenso dosier con cientos de estudios y miles de artículos científicos sobre el herbicida, recopilados por el Grupo de Renovación de Glifosato (GRG), formado por un grupo de empresas interesadas en su renovación, entre las que se encuentran Bayer, Syngenta, Industrias Afrasa o Nufarm.
Las empresas presumen de que este dosier es uno de los más completos y transparentes jamás reunidos para la renovación de sustancias activas: comprende 180.000 páginas con aproximadamente 1.500 estudios, de los cuales un centenar son nuevos, y más de 12.000 artículos científicos sobre el glifosato y su seguridad de uso. Incluye estudios sobre el impacto de la sustancia en aves, especies acuáticas, abejas melíferas, especies no diana, la salud humana… que ofrecen una respuesta científica al rechazo de parte de la sociedad por sus supuestos efectos adversos para las personas y el medio ambiente. Según el Dr. Kristian Kather, responsable de Regulación de Glifosato ante la UE en Bayer Crop Science, contiene entre dos y cuatro veces más información que un expediente habitual, y confía en que, con todo el material recopilado a lo largo de décadas, “se puede hablar del ´peso de la evidencia´, que significa que contamos con múltiples estudios que apuntan en la misma dirección”. El dosier, y todos los estudios en los que está basado, pueden consultarse en www.glyphosate.eu.
Kather participó en la conferencia virtual Transparencia en la formulación de políticas en la UE: el caso de la renovación del glifosato, organizada por Bayer, en la que se analizó el proceso de renovación de este herbicida de amplio espectro utilizado desde hace más de cuarenta años y que en 2017 fue renovado por cinco años. El responsable de la multinacional alemana asegura que el dosier va mucho más allá de lo exigido en un proceso reglamentario, al incluir, entre otros puntos, un informe exhaustivo sobre el control del agua y el medio ambiente en los Estados miembros de la UE, medidas de mitigación para preservar la biodiversidad, estudios sobre los beneficios del glifosato para la agricultura de conservación y la gestión integrada de las malas hierbas, o sobre los beneficios sociales y agronómicos del herbicida.
En la conferencia organizada por Bayer, Pilar Ayuso, diputada al Parlamento Europeo entre 1999 y 2019, defendió los procedimientos “extremadamente rigurosos” en la renovación de sustancias activas, que cuentan con el aval de la EFSA y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), y alegó “razones ideológicas” en el rechazo al herbicida.
En el mismo sentido, Manel Orpella, director de DEVREG CONSULTA, destacó que el proceso de renovación de sustancias como el glifosato “se sustenta sobre principios de protección de la salud humana, animal y del medioambiente”, lo que debe contribuir a fortalecer esa confianza por parte de la sociedad. “Es un proceso largo, tedioso, pero garantista”, aseguró.
Pedro Gallardo, presidente de la asociación Alianza para una Agricultura Sostenible (ALAS) y vicepresidente del Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias (COPA), destacó la importancia de que prevalezca el criterio científico en la regulación de los productos fitosanitarios como el glifosato, ya que “se trata de una herramienta vital para los agricultores para el control de las malas hierbas y hasta la fecha, ningún herbicida es equiparable en términos de eficacia, seguridad, inocuidad y coste”.
La decisión que finalmente tome la Comisión será decisiva para la agricultura, ya que se trata de uno de los herbicidas de amplio espectro más utilizados (representa alrededor del 25% del mercado mundial de herbicidas). Monsanto, ahora propiedad de Bayer, lo introdujo en 1974 con el nombre comercial Roundup, y desde entonces se ha comercializado como el ingrediente activo de cientos de productos fitosanitarios.