ASAJA Cádiz ha denunciado la “inacción” del Ministerio de Agricultura ante la lagarta peluda (Lymantria dispar), que está causando graves daños en el Parque Natural Los Alcornocales, en las provincias de Cádiz y Málaga. La organización reclama que se autoricen de forma excepcional las materias activas necesarias para el control de la plaga.
Según la organización, la oruga está presente “en más de 45.000 hectáreas de las 170.000 que conforman el Parque Natural”, y recuerda que “ya en 2021 y 2022 en muchas fincas no se pudo llevar a cabo el descorche debido a esta plaga, que es el sustento económico de un enorme número de personas en la provincia, entre titulares y puestos de trabajo, además de una inyección económica para los ayuntamientos que poseen montes públicos”.
El principal problema, para ASAJA Cádiz, es que el ministerio no autoriza materias activas eficaces para luchar contra esta plaga, “las mismas que sí se permitían hace tan sólo unos años”. A esto añade que, para llevar a cabo los tratamientos, hacen falta más medios aéreos y que existen poquísimas empresas de aviación en el mercado. “Haría falta que, desde el Gobierno central, a través del Ministerio de Defensa, se pusieran a disposición de la Junta de Andalucía medios aéreos suficientes”, reclama la asociación, que señala que, además de tener el producto necesario, lo más importante es conocer el momento exacto de los tratamientos, que se concentran “en apenas dos o tres semanas entre los meses de abril y mayo”.
El Parque Natural Los Alcornocales, complejo de sierras donde se desarrolla el mayor alcornocal de la península, “se muere, y es sobre todo un problema medioambiental, además de económico y social. Los beneficios medioambientales de este espacio son de sobra conocidos. En cuanto a los económicos y sociales, la labor de descorche da empleo a muchísimas personas que tienen en este medio casi su único sustento de vida: corcheros y arrieros, entre otros, de los municipios integrados en el Parque”, apunta ASAJA, que lleva denunciando este problema desde hace más de cuatro años.
Las orugas de L. dispar se alimentan de yemas y hojas tiernas del brote en los primeros estadios y producen defoliaciones parciales o completas, según la intensidad de la plaga. Como consecuencia de estos daños, se produce la pérdida de fructificación, un menor espesor suberoso y leñoso formado en el año del ataque, la exfoliación del corcho y una mayor dificultad de extracción de panas de corcho, además de provocar perturbaciones en los procesos fisiológicos del árbol. Los daños revisten especial gravedad cuando el ataque se repite en los ciclos vegetativos siguientes, y puede provocar la destrucción total de las hojas, ya que el árbol se debilita y lo predispone al ataque de insectos.
Los alcornocales de Cádiz y Málaga han sido los más atacados por la plaga. No es un problema reciente: en los primeros años de la década de los 80 ya se produjo un grave ataque en el Parque Natural Los Alcornocales, sobre una superficie de 15.000 ha, y en 1995 había afectado a 41.000 ha.