La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (IPPC, por sus siglas en inglés) ha adoptado nuevas normas sobre fumigación y protocolos para evitar la propagación de seis enfermedades y plagas, entre ellas dos muy invasivas como Xylella fastidiosa y la mosca oriental de la fruta (Bactrocera dorsalis). Así se decidió durante la reunión anual de la Comisión de Medidas Fitosanitarias, celebrada en Roma en la sede de este organismo que forma parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.
La Comisión de Medidas Fitosanitarias es el órgano rector de la IPPC, único organismo encargado de establecer y aplicar normas fitosanitarias reconocidas por los gobiernos de todo el mundo y la Organización Mundial del Comercio para facilitar el comercio seguro y proteger la sanidad vegetal.
En respuestas a las crecientes preocupaciones sobre los fumigantes que pueden ser perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente, la IPPC ha adoptado una nueva norma para proporcionar orientación sobre mejores métodos de fumigación, que establece los requisitos de temperatura, duración y cantidad de fumigantes para hacer efectiva la fumigación, y presenta soluciones para disminuir el impacto ambiental de esta práctica agrícola mediante, por ejemplo, el uso de tecnología de recuperación para reducir las emisiones de gases.
La Comisión de Medidas Fitosanitarias también ha aprobado protocolos de diagnóstico que describen procedimientos y métodos para el diagnóstico oficial de enfermedades y plagas, entre ellas Xylella fastidiosa y la mosca de la fruta oriental (Bactrocera dorsalis), para agilizar la detección y facilitar su control. Bactrocera dorsalis afecta a árboles como el aguacate, el plátano, la guayaba y el mango en al menos 65 países. En África, las prohibiciones del comercio de importación debido a las infestaciones de este insecto causan pérdidas anuales de alrededor de 2.000 millones de dólares.
“Con el aumento del comercio y los viajes, los riesgos de que las plagas de plantas se propaguen a nuevas áreas a través de las fronteras son ahora más altos que nunca. Cada día, presenciamos una cantidad sorprendente de amenazas al bienestar de nuestras plantas y, por extensión, a nuestra salud, medio ambiente y economía”, afirmó Bukar Tijani, subdirector general de Agricultura y Protección del Consumidor de la FAO, durante la reunión. “Muchos agricultores y gobiernos se enfrentan a combatir las plagas y enfermedades altamente destructivas que, además de todo lo demás, también son nuevas para ellos. La IPPC les proporciona las herramientas y el conocimiento para mantener a sus plantas saludables y evitar que las plagas salten de las fronteras”, añadió.
Los debates en la reunión de la Comisión de Medidas Fitosanitarias congregaron a más de cuatrocientos participantes, incluidos representantes de organizaciones nacionales y regionales de protección fitosanitaria, organizaciones internacionales y oficinas de la FAO en todo el mundo. En ellos también se habló del programa del Año Internacional de la Sanidad Vegetal, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para 2020. “A pesar del impacto cada vez mayor de las plagas vegetales, los recursos son escasos para abordar el problema. La reunión discutirá cómo el Año Internacional de la Sanidad Vegetal podría desencadenar una mayor colaboración, participación y conciencia a nivel mundial para apoyar las políticas de sanidad vegetal en todos los niveles”, adelantó Jingyuan Xia, secretario general de la CIPF. La FAO estima que anualmente entre el 20% y el 40% de la producción mundial de cultivos se pierde a causa de las plagas. Cada año, las enfermedades de las plantas cuestan a la economía mundial alrededor de 220.000 millones de dólares, y las plagas, alrededor de 70.000 millones.
Otros temas tratados en la reunión fueron las maneras de reducir los riesgos de plagas durante su transporte en contenedores marinos y las tecnologías de secuenciación de alto rendimiento (HTS, por sus siglas en inglés), que se encuentran en las primeras etapas de desarrollo y sirven para detectar plagas reconocidas o plagas desconocidas, como los nuevos virus que afectan a las plantas de yuca. Las tecnologías HTS abren posibilidades para seleccionar plantas más rápido y con más fiabilidad que los métodos de diagnóstico tradicionales.
La IPPC se constituyó en 1951 para garantizar una acción coordinada y eficaz en la prevención y control de plagas, enfermedades y malas hierbas. La CPM ha adoptado más de cien normas internacionales para medidas fitosanitarias, que cubren todas las áreas de cuarentena vegetal.