Un equipo de investigadores de la Universitat de València (UV), el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) ha demostrado que la gutación, las pequeñas gotas acuosas que exudan las plantas en los márgenes de sus hojas, es una fuente de alimento rica en nutrientes para los insectos beneficiosos.
La gutación es un fenómeno común, aunque poco conocido, en numerosas especies vegetales que se produce durante la noche, cuando la humedad en el suelo es alta. Durante mucho tiempo, se ha considerado únicamente como una fuente de agua para estos animales. Sin embargo, este estudio, que ha sido publicado recientemente en la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society B, de la Real Sociedad del Reino Unido, ha demostrado que también es rica en carbohidratos y proteínas que pueden ser esenciales para muchas especies de insectos.
Los científicos realizaron los ensayos en insectos pertenecientes a tres familias distintas y con distintos tipos de alimentación: Drosophila suzukii (herbívoro), la avispilla parasitoide Aphidius ervi y el depredador Chrysoperla rufilabris. En los tres casos, aumentaron su longevidad y fecundidad cuando fueron alimentados con gotitas de gutación durante toda su vida adulta, bajo condiciones controladas.
Aunque la gutación puede ser alimento para las plagas, como Drosophila suzukii , en el experimento de campo se comprobó que incrementó significativamente la presencia de enemigos naturales. “La gutación tuvo impacto en las tres especies de insectos, pero vimos que en condiciones de campo aumenta el número de enemigos naturales más que el número de herbívoros. Sin embargo, necesitamos seguir estudiando este fenómeno”, explica Pablo Urbaneja Bernat, investigador valenciano que actualmente trabaja en la Universidad de Rutgers.
Para Alejandro Tena, investigador del IVIA que participó en el estudio, este hallazgo podría tener importantes consecuencias para el control de plagas en los invernaderos de fresas y arándanos, cultivos donde se produce la gutación, así como cereales y granado, entre otros. “La gutación puede producirse en gran cantidad de cereales, como la cebada, el trigo, el maíz... y también en algunas hortícolas, aunque al ser el primer estudio, aún nos queda bastante por descubrir”, reconoce Urbaneja Bernat.
Otro descubrimiento de este estudio, que ha sido financiado por el programa Ramón y Cajal y diversas ayudas de Estados Unidos, es que la gutación se produjo en los campos de arándanos durante toda la temporada. “Esta presencia a lo largo del cultivo puede ser crucial para la conservación de los insectos beneficiosos como las avispillas parasíticas, depredadores y polinizadores, ya que pueden encontrar y alimentarse de estas gotitas cuando el polen o el néctar de las flores son escasos”, sostiene César Saona, que lideró los experimentos en la Universidad de Rutgers.