El Palacio de Congresos de Córdoba acogió del 16 al 19 de septiembre el XXI Congreso de la Sociedad Española de Fitopatología (SEF), que reunió a destacados expertos nacionales e internacionales en el campo de la patología vegetal. Durante tres días, se presentaron cerca de trescientos trabajos de investigación.
Esta edición, la bacteria Xylella fastidiosa y la tecnología de control basada en el ARN de interferencia (ARNi) protagonizaron muchos de los proyectos presentados, aunque los premios concedidos reflejan la diversidad de las investigaciones. Las herramientas basadas en silenciamiento génico se están convirtiendo en una alternativa viable a los productos fitosanitarios tradicionales. En concreto, el método inducido por pulverización (SIGS, por sus siglas en inglés), destaca como una tecnología prometedora debido a su eficacia, respeto al medioambiente, capacidad para evitar la aparición de resistencias a fungicidas y su alto potencial de desarrollo. En SIGS, se aplica ARN de doble cadena (ARNdc) sobre cultivos o material vegetal, dirigido específicamente a genes cruciales para el patógeno. Esto desencadena un efecto de silenciamiento génico que inhibe el desarrollo de la enfermedad.
En el congreso de 2020, el Premio SEF-Phytoma ya reconoció un trabajo sobre esta innovadora técnica, y el artículo correspondiente en la revista acaba de ser reconocido en la IX edición del Premio del Artículo Técnico Agrario de la Feria de Sant Miquel de Lleida.
En total, se presentaron un total de 295 trabajos, de los cuales diez fueron ponencias invitadas plenarias; 95, comunicaciones orales; y 190, paneles. Previamente, el Grupo Especializado de la SEF “Control Químico de Enfermedades y Desarrollo de Resistencias a Productos Fitosanitarios, FITORES” organizó una jornada abierta y gratuita sobre productos fitosanitarios y nuevas tecnologías para el control de enfermedades.
El Congreso se estructuró en cuatro sesiones que abarcaban los aspectos fundamentales de la fitopatología, como el control de enfermedades, la resistencia a fitosanitarios, el manejo integrado, la detección y diagnóstico precoz, la epidemiología, la interacción planta-patógeno, el manejo de enfermedades en la era genómica y las enfermedades emergentes. El enfoque, multidisciplinar, incluía perspectivas agronómicas, moleculares, celulares y bioquímicas, entre otras. Además de contar con la participación de los principales expertos nacionales, también se invitó a destacados ponentes internacionales; entre ellos, Nick Grünwald, del USDA Agricultural Research Service (Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de Estados Unidos) y presidente saliente de la Sociedad Americana de Fitopatología (APS).
Las herramientas basadas en silenciamiento génico, que inhiben el desarrollo de una enfermedad, protagonizaron muchos de los proyectos de investigación presentados
Cerca de cuatrocientas personas asistieron al congreso, organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS), la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía y la Universidad de Córdoba. En la inauguración intervinieron Blanca B. Landa, presidenta de la SEF e investigadora del IAS-CSIC; Raúl Cortés, coordinador de Actividades e I+D del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) en Córdoba; Leire Molinero, directora del IAS-CSIC; y Manuel Torralbo, rector de la UCO.
“Cada vez somos más conscientes de la importancia de la sanidad vegetal en el día a día, y que ésta no solo se limita al ámbito agrícola, donde la salud de los cultivos es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y la producción sostenible. También tiene un impacto significativo en la salud global y el medio ambiente”, señaló Landa, para quien “este congreso supone un espacio único para la interacción y el intercambio de conocimientos, experiencias y tecnologías derivadas del estudio de las enfermedades vegetales en España, Europa e incluso a nivel global”.
La presidenta de la SEF destacó que “la importancia de la fitopatología no solo radica en nuestra capacidad para prevenir y controlar las enfermedades de las plantas, sino que también tenemos un papel clave en dar respuesta a las emergencias fitosanitarias. Para ello, la colaboración y la investigación continua e interdisciplinar son fundamentales para garantizar la salud global y promover un futuro sostenible”.