El Parlamento Europeo ha sacado adelante la Ley de Restauración de la Naturaleza, que aspira a rehabilitar al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas de la UE en 2030 y todos los ecosistemas degradados de aquí a 2050.
La ley, que se ha aprobado con 329 votos a favor, 275 en contra y 24 abstenciones, busca regenerar los ecosistemas degradados, contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad de la UE y mejorar la seguridad alimentaria. Para ello, los Estados miembros deben restaurar al menos el 30% de los hábitats contemplados en la nueva ley (desde bosques, pastizales y humedales hasta ríos, lagos y lechos coralinos) para que pasen de un estado deficiente a uno bueno en 2030, porcentaje que aumentará al 60% en 2040 y al 90% en 2050. De acuerdo con la posición del Parlamento, los países deben dar prioridad a las zonas de la Red Natura 2000 hasta 2030. Cuando un área se encuentre en buenas condiciones, los países velarán para que no se deteriore de manera considerable. Los Estados miembros también tendrán que adoptar planes nacionales de restauración que detallen cómo pretenden alcanzar estos objetivos.
Con vistas a mejorar la biodiversidad de los agroecosistemas, los países de la UE deberán avanzar en dos de los tres indicadores siguientes: el índice de mariposas de los pastizales; la proporción de tierras agrícolas con características paisajísticas muy diversas y las reservas de carbono orgánico en suelos minerales de tierras de cultivo. Además, deben tomarse medidas para aumentar el índice de aves comunes ligadas a los medios agrarios, ya que estos animales son buenos indicadores del estado general de la biodiversidad.
Dado que la restauración de las turberas drenadas es una de las formas más rentables de reducir las emisiones en el sector agrícola, los países de la UE deben reparar al menos el 30% de las mismas (como mínimo, deberá rehumedecerse una cuarta parte), el 40% de aquí a 2040 y el 50% en 2050 (donde habrá que rehumedecer al menos una tercera parte). El proceso de rehumidificación seguirá siendo de carácter voluntario para los agricultores y propietarios particulares.
A petición del Europarlamento, la ley incluye un freno de emergencia que permitirá suspender los objetivos para los agroecosistemas en circunstancias extraordinarias si merman en gran medida las tierras necesarias para una producción suficiente de alimentos para el consumo de la UE.
Por otro lado, la ley exige una evolución positiva de varios indicadores en los ecosistemas forestales y que se planten 3.000 millones de árboles más. Los Estados miembros también tendrán que convertir al menos 25.000 km de ríos en cauces libres y garantizar que no se produzca una pérdida neta de la superficie nacional total de espacios verdes urbanos y de cubierta arbórea urbana.
“Hoy es un día importante para Europa: de la protección y conservación de la naturaleza pasamos a la restauración. La nueva ley nos ayudará a cumplir muchos de nuestros compromisos internacionales en materia medioambiental. El reglamento servirá para recuperar los ecosistemas degradados al tiempo que respetará al sector primario al dar flexibilidad a los Estados miembros. Debemos dar las gracias a la comunidad científica por luchar contra el negacionismo climático y aportar las evidencias, y a la juventud por recordarnos que no hay planeta B ni plan B”, ha declarado César Luena, europarlamentario del PSOE.
La ley incluye un freno de emergencia que permitirá suspender los objetivos para los agroecosistemas en circunstancias extraordinarias
Tras la aprobación de la Ley de Restauración de la Naturaleza, el COPA-COGECA, entidad que aglutina a las principales organizaciones profesionales agrarias y cooperativas de la UE, ha lamentado “enormemente” la falta de apoyo a la modificación de la ley. “El Copa y la Cogeca siempre han estado a favor de la Restauración de la Naturaleza en su conjunto, pero no de la forma en que se ha construido o impulsado esta ley, que estaba viciada desde el principio. Actualmente es inaceptable, y seguiremos asegurándonos de que quede claro que su aplicación causará graves problemas a las comunidades agrícolas y forestales de Europa. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la restauración de la naturaleza es cómo se financiará esta ley y cómo se apoyará a los gestores y propietarios de tierras para que realicen activamente cambios a largo plazo con dinero a corto plazo”.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha criticado a la clase política por tomar esta decisión en medio de la ola de movilizaciones del sector agrario: “Bruselas sigue sin escuchar a los agricultores y ganaderos europeos. No ha tardado ni 24 horas desde las manifestaciones agrarias en Madrid y Bruselas para asestar una nueva puñalada al campo”.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, advierte de que la ley “añadirá más restricciones y limitaciones únicamente a los productores europeos, con lo que el sector agrario perderá aún más competitividad respecto a las importaciones procedentes de países terceros, que tienen todos los derechos, pero no tienen las mismas exigencias. El resultado será el mismo que estamos alertando con la nueva PAC, con los acuerdos comerciales sin reciprocidad y con todas las normativas medioambientales que se sacan de la chistera los políticos ideológicos de ecologismo radical: la crisis agraria se recrudecerá, el despoblamiento rural irá a más, los incendios aumentarán, el desierto avanzará y la cesta de la compra se encarecerá todavía más”.
El dirigente agrario asegura estar a favor de la preservación del medioambiente y compartir el loable objetivo de esta ley, pero insiste en que está “mal redactada, maltrata a los agricultores y ganaderos que son parte de la solución y no el problema”.
Aguado hace especial hincapié en el problema del agua: “Hay que hablar de las dos Europas. La gestión hídrica es totalmente diferente en la Europa mediterránea que en la Europa continental o del norte. Por tanto, no se puede poner café para todos e imponer la misma legislación para todos. Quizás renaturalizar ríos sea posible en aquellos países donde llueve cuando hace falta y no necesitan regar, pero aquí no sirve, solo para complicar la vida, hacer avanzar el desierto y tener media España desértica”.