El Servicio de Sanidad Vegetal de la Comunidad Valenciana ha confirmado que los daños ocasionados por la polilla del racimo (Lobesia botrana) en los viñedos son inferiores a los detectados en la campaña pasada, gracias a los tratamientos fitosanitarios y a los difusores de confusión sexual, técnica que reduce en más de un 83% la cantidad de insecticida necesaria para controlar la plaga y es compatible con la agricultura ecológica.
Las prospecciones realizadas en los diferentes puntos de control han mostrado unos niveles de eficacia significativamente altos en las aplicaciones realizadas para controlar la plaga. Y en aquellas parcelas en las que se practica la biotécnica de la confusión sexual, también se han alcanzado niveles de eficacia muy altos, sin necesidad de realizar tratamientos insecticidas complementarios.
La técnica de confusión sexual consiste en cubrir la superficie de viñedo con emisores artificiales de la feromona sexual de la hembra, de manera que se sature la atmósfera que rodea al cultivo con la feromona. De este modo, los machos no pueden detectar las pequeñas cantidades de feromonas naturales emitidas por las hembras existentes, con lo que se dificulta el apareamiento y se reducen las poblaciones de la plaga.
La Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca está apoyando a los viticultores desde 2022 mediante el reparto del 50% de las necesidades de emisores de feromona, para aquellos agricultores que justifiquen la compra del otro 50%. Este año se han repartido más de 3.100.000 difusores, que con la aportación de los agricultores permitirán proteger unas 21.000 hectáreas de viñedo. Se trata de un método autorizado tanto en agricultura convencional como en producción ecológica que consigue un efecto acumulativo del control cuando se realiza durante varias campañas consecutivas. Además, con esta técnica se reduce la aplicación de productos fitosanitarios en más de un 83%, al pasar de 1,8 litros de insecticida por hectárea a únicamente 76 gramos de feromona por hectárea, y no tiene efectos perjudiciales sobre los insectos beneficiosos, la fauna del entorno o los agricultores.
Este año se han repartido en la Comunidad Valenciana más de 3 millones de difusores para proteger 21.000 hectáreas de viñedo
En la campaña pasada, el grado de ataque por L. botrana en parcelas que recurrieron a la confusión sexual fue de media siete veces inferior al grado de ataque de parcelas que siguieron un control convencional con pulverizaciones insecticidas. Este año también se está abordando el control de otra importante plaga de la uva de mesa, el melazo de la vid (Planococcus ficus), mediante esta misma técnica.
La polilla del racimo está considerada como la plaga clave del viñedo, ya que produce daños importantes en el cultivo de la vid que afectan a la calidad y a la cantidad, al mermar las producciones finales.