La Comisión Europea ha anunciado su intención de priorizar acciones para no perjudicar la productividad de la agricultura de la UE en su tránsito a un sistema alimentario más sostenible, objetivo de la estrategia De la granja a la mesa. Entre ellas, estudia un nuevo marco legislativo para las nuevas técnicas de edición genómica.
La Comisión está evaluando modificar la legislación actual sobre las técnicas genómicas, “que tienen el potencial de crear variedades de plantas que sean menos susceptibles a los cambios de temperatura y las amenazas climáticas, más resistentes a las plagas de las plantas y más eficientes en el uso de fertilizantes”.
La edición genómica, como la tecnología CRISPR/Cas, permite introducir cambios en la región del genoma que se desee. Esto facilita el poder modificar características importantes de los cultivos, como la productividad o la resistencia y tolerancia frente a sequía, altas temperaturas y enfermedades; y lo hace, al contrario de otras técnicas de mejora utilizadas tradicionalmente, manteniendo el resto del genoma intacto. Sin embargo, en la Unión Europea se le aplica el mismo marco jurídico que a los organismos modificados genéticamente, los trangénicos.
El año pasado, la Comisión ya publicó un estudio sobre el potencial de estas técnicas para contribuir a un sistema alimentario más sostenible y ponía de manifiesto que la legislación sobre los organismos transgénicos, adoptada en 2001, no era adecuada para estas tecnologías innovadoras.
Ahora, quiere promover medidas que “aumenten los rendimientos de manera sostenible a través de la innovación tanto tecnológica como agroecológica”, y nombra, además de estas técnicas genómicas, la agricultura de precisión, la mejora de la gestión de nutrientes, la gestión integrada de plagas o las alternativas biológicas a los plaguicidas químicos. En este sentido, ha anunciado que propondrá nuevas normas para facilitar la comercialización de productos fitosanitarios que contengan sustancias activas biológicas y contempla iniciativas para salvaguardar la fertilidad del suelo.
La Comisión ha presentado una amplia gama de medidas a corto y medio plazo para mejorar la seguridad alimentaria mundial y apoyar a los agricultores, ganaderos y consumidores europeos ante la subida de los precios mundiales de las materias primas, acelerada aún más por la invasión de Ucrania. “La guerra de Rusia contra Ucrania ha creado una multitud de problemas, también en relación con la seguridad alimentaria mundial. Por lo que se refiere a los alimentos, ha llegado el momento de que Europa demuestre su solidaridad ayudando a Ucrania y a sus ciudadanos, agricultores y ganaderos, así como a los países vulnerables importadores de alimentos de todo el mundo, que se enfrentan a una subida de precios y a una posible penuria. Seguiremos proporcionando ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento de los ucranianos de forma que accedan a mercancías y servicios básicos, especialmente a los alimentos. Al mismo tiempo, debemos evitar cualquier restricción a la exportación para mantener controlados los precios de los alimentos. Aunque la propia UE no se enfrenta a un riesgo de seguridad alimentaria, debemos seguir abordando los problemas de asequibilidad de los alimentos y tomar medidas para que nuestra agricultura, nuestra ganadería y nuestras cadenas de suministro alimentario sean más resilientes y sostenibles para hacer frente a futuras crisis”, ha declarado Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión.