El pasado 6 de enero falleció a los 87 años Josep Mª Vives de Quadras, jefe del Servicio de Protección de los Vegetales de la Generalitat de Catalunya desde 1980 hasta 2007 y miembro del Consejo de Redacción fundacional de Phytoma.
Vives es un referente nacional de la sanidad vegetal. Jordi Giné, discípulo de Vives y jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat hasta el año pasado, cuando se jubiló, destaca “su importante labor en el impulso de la sanidad vegetal y forestal en Cataluña”, con la creación del Laboratorio de Diagnostico (1980), las Agrupaciones de Defensa Vegetal (1983), la regulación, por primera vez en España, de la Producción Integrada (1993), la potenciación de las Estaciones de Avisos y de los cursos para aplicadores de fitosanitarios (1997), así como la erradicación de patógenos de cuarentena como Erwinia amylovora, causante del fuego bacteriano, y la flavescencia dorada de la vid.
En el plano internacional, lideró proyectos europeos, como INTERREG con Francia, y TWINNING con la República Checa y Eslovenia. “Josep Mª era una persona entrañable, cercana y gran profesional de la sanidad vegetal, muy reconocido en el sector agrícola catalán. Fue mi primer contacto con la administración en este campo a finales de los años 80, un referente con el que compartí muchas experiencias, sobre todo en la lucha contra el fuego bacteriano y otras enfermedades de los frutales de pepita, así como en la organización de jornadas”, recuerda Emilio Montesinos, catedrático de Patología Vegetal y Microbiología de la Universitat de Girona.
Su compromiso con la sanidad vegetal también quedó demostrado en 1988, cuando apoyó a un grupo de jóvenes ingenieros y periodistas que asumieron la responsabilidad de publicar una edición española de la revista francesa Phytoma-La Defense des Vegetaux. Vives formó parte del Consejo de Redacción fundacional. Desde aquel lanzamiento editorial, se convirtió en un colaborador habitual mientras permaneció en activo.
Nos ha dejado un gran servidor público y un hombre de espíritu renacentista
Ingeniero agrónomo de formación, fue un miembro muy activo de la Institució Catalana d’Estudis Agraris (ICEA), donde impulsó la sección de jardinería y paisajismo, otra de sus muchas aficiones, cuyo objetivo va desde el estudio de los jardines históricos hasta la utilización de material vegetal autóctono para diseños paisajísticos. Su actual presidente, Jordi Sala, le define como “cuidador de nuestras plantas” y destaca “su carácter afable y por ser una autoridad en sanidad vegetal, además de un hombre muy comprometido con el tejido asociativo de su tierra”.
Cerca de su jubilación, aceptó asumir la presidencia de la ICEA, y se mantuvo en el cargo hasta que sus facultades empezaron a mermar, “y el mismo tomó la iniciativa de presentar la renuncia, ya que su actitud fue siempre la de servicio y ser útil”, comenta Sala, que explica que, en los últimos años, se retiró y compaginó sus grandes pasiones: “la belleza y diversidad de la entomología, la gestión de su finca forestal con la armonía de la música, otra de sus aficiones. Nos ha dejado un gran servidor público y un hombre de espíritu renacentista, interesado por todas las ciencias y especialmente por hacer del contacto humano un arte”.