Helicoverpa armigera amenaza 8.000 hectáreas de lavanda y lavandín, alerta la Asociación Nacional de Plantas Aromáticas (ANIPAM), que ante esta situación pide medidas de apoyo urgentes para proteger la producción. El Gobierno de Castilla-La Mancha autorizará en los próximos días el adelanto de la cosecha de lavanda en aquellas parcelas afectadas por la plaga.
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha empezado a recabar los informes técnicos que confirman la presencia de H. armigera y va a llevar en los próximos días a la publicación de la resolución que permitirá el adelanto de la recolección en las parcelas afectadas por el gusano “sin penalización en las ayudas que reciben y dando una respuesta rápida y eficaz a este problema”, aseguró la viceconsejera de la Política Agraria Común y Política Agroambiental, Gracia Canales, en un reunión celebrada esta semana con los representantes de ANIPAM.
En Cogollor (Guadalajara), la asociación de productores organizó un encuentro con medios para abordar la crisis causada por este lepidóptero, que incluyó una visita a una parcela muy afectada próxima a Brihuega, una zona clave para el turismo de lavanda. Allí mostraron el impacto devastador de H. armigera, cuyas orugas están destruyendo los tallos y espigas florales.
La asociación denuncia que el sector atraviesa una crisis profunda, “con tres años sin vender esencia, crisis de precios produciendo a pérdidas y exclusión de las ayudas de sequía del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a pesar de ser uno de los cultivos más afectados”. Abelardo Carrillo, presidente de ANIPAM, lamentó la falta de apoyo y rentabilidad para los agricultores, a pesar de la riqueza que genera la lavanda, “para mucha gente, menos para los agricultores. La base de la riqueza es el cultivo, y este se nos muere por plagas, falta de rentabilidad y falta de apoyo”.
Lorena Tirado, presidenta de la Asociación Paisajes de Brihuega, y Juan José Laso, presidente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara (APAG), pidieron duplicar las ayudas a la lavanda para evitar el abandono de las plantaciones el próximo año y un trasvase de fondos desde los sectores turísticos hacia los productores.
Esta especie parasita a una gran cantidad de vegetales silvestres y cultivados, entre los cuales se encuentra la lavanda, el algodón, el girasol, el garbanzo y numerosas hortícolas, como tomate, pimiento o lechuga. En las plantas parasitadas por el insecto, se encuentran botones florales comidos por la oruga que se suele encontrar, junto a sus excrementos, entre los órganos destruidos.
El insecto pasa el invierno en forma de crisálida. Al llegar la primavera recobra su actividad: la hembra hace la puesta en el envés de las hojas y en los brotes. La larva se alimenta de los botones florales y, una vez completado su desarrollo, se transforma en crisálida en el suelo. La siguiente generación, muy peligrosa por su abundancia, destruye numerosas flores y cápsulas; la tercera no suele tener tanta importancia, salvo en plantaciones muy atrasadas, ya que coincide con el cultivo en una fase muy madura.