La Consellería de Medio Rural de Galicia ha iniciado la suelta de 1,6 millones de individuos del parasitoide Torymus Sinensis para consolidar su lucha contra la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus). La Xunta invertirá este año más de 2,2 millones de euros en el control biológico de esta plaga.
La Dirección General de Planificación y Ordenación Forestal ya realizó las primeras sueltas en las comarcas de A Coruña y Pontevedra, donde las condiciones meteorológicas permitieron que los castaños ya brotaran, y los trabajos continúan en las provincias de Lugo y Ourense. Este microhimenóptero calcidoideo originario de China parasita las larvas de la avispilla del castaño cuando éstas se encuentran en el interior de las agallas.
Para llevar a cabo estos trabajos, Medio Rural cuenta con la colaboración de la Indicación Geográfica Protegida Castaña de Galicia y de distintas cooperativas y asociaciones relacionadas con el manejo de los sotos y la producción de castañas, que facilitan los datos del momento en que brotan las hojas de sus sotos para optimizar las sueltas de los parásitos.
Dryocosmus kuriphilus es la principal plaga del castaño a nivel mundial. Este microhimenóptero de origen asiático induce la formación de abundantes agallas en los brotes nuevos, lo que afecta al desarrollo del árbol y a su producción, además de favorecer la aparición de enfermedades fúngicas.
En 2015, cuando se comenzó el programa de control biológico, se liberaron en Galicia un total de 4,1 millones de individuos de Torymus Sinensis, lo que supuso una inversión de 5,8 millones de euros. En la pasada campaña, el promedio de parasitación fue del 3% en las zonas de mayor superficie de castaños, lo que garantizó el establecimiento de poblaciones estables del parásito. En algunas parcelas, la parasitación alcanzó el 20% y, puntualmente, el 44%.
Para asegurar la supervivencia de los individuos de T. sinensis, y que se pueda asentar su población, es muy importante no emplear insecticidas, que además pueden afectar a los parásitos naturales de la plaga. Tampoco se deben eliminar nunca las agallas secas, porque es donde permanece el parásito hasta su emergencia en la siguiente primavera. Asimismo, es preciso evitar los desbroces cerca de los castaños en primavera, ya que T. sinensis se alimenta del néctar de las flores del soto, mientras se aparea y pone los huevos en las bugallas frescas.
Sí se pueden podar los castaños, pero no quemar o eliminar los residuos, ya que el parasitoide puede vivir dos años dentro de las agallas secas, antes de emerger para parasitar agallas frescas. Además, se recomienda regar durante el verano para prolongar el período de crecimiento de brotes nuevos, así como fertilizar para incrementar el vigor de los árboles y que puedan resistir mejor el ataque de la plaga.
La producción de castaña en Galicia, sobre todo en zonas de alta montaña, se estima en 20 millones de kilos, lo que supone cerca de unos 50 millones de euros una vez comercializado el producto.