Francia aprobó el pasado 5 de diciembre una enmienda que permite el establecimiento de una exención fiscal temporal por importe de 2.500 euros para apoyar a las empresas agrarias que dejen de utilizar fitosanitarios que contengan glifosato. Esta ayuda se dirige a los sectores más dependientes del consumo de este herbicida, como la viticultura, los frutales y los cultivos extensivos.
Además de esta exención fiscal, el Estado francés invertirá 80 millones de euros adicionales para complementar la prima de reconversión de equipamiento agrícola prevista en el Plan de Recuperación, dotado con 215 millones de euros.
Según un estudio del el Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente de Francia (INRAE), dejar de utilizar el herbicida supone una pérdida de excedente operativo bruto (EBE) de hasta el 16% para cultivos extensivos; es decir, un coste adicional de hasta 80 € por hectárea o hasta 7.000 € para una explotación media de 87 hectáreas. En viticultura, la pérdida media de EBITDA es del 7% para la explotación, o un coste adicional medio de 250 € por hectárea.
Para Julien Denormandie, ministro de Agricultura y Alimentación de Francia, “la creación de esta exención fiscal y la liberación de una dotación adicional de 80 millones de euros para la conversión de equipos agrícolas son el resultado de una fuerte voluntad del Gobierno para apoyar a los agricultores. Toda transición tiene un coste y, por tanto, debe ser financiada”.
En 2017, la Comisión Europea renovó la autorización del glifosato hasta 2022, después de la opinión favorable del los expertos del Comité de Apelación y a pesar de la propuesta del Parlamento Europeo de prohibirlo totalmente.