El ácaro de Texas (Eutetranychus banksi) se ha expandido los últimos dos años, desde el foco inicial en el sur de Valencia hasta parte de Castellón y toda la provincia de Alicante, desplazando a los otros ácaros tetraníquidos presentes en la zonas citrícolas: la araña roja (Tetranychus urticae), el ácaro oriental (Eutetranychus orientalis) y el ácaro rojo (Panonychus citri). La incidencia de esta plaga será uno de los temas que aborde este jueves el Phytoma Meets dedicado a los cítricos.
“En los últimos años se está observando un incremento en la incidencia de ácaros en el cultivo de cítricos. Este incremento se debe a la expansión de Eutetranychus banksi, una plaga que se comporta competitivamente desplazando al resto de especies de ácaros presentes en el cultivo”, afirma Sergio López, investigador del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que este jueves explicará la distribución geográfica de esta plaga de los cítricos, su dinámica poblacional, los daños que causa y las posibilidades de control.
Tanto el ácaro de Texas como el ácaro oriental pueden permanecer juntas en la misma parcela, e incluso en la misma hoja, además de convivir con las otras especies de ácaros tetraníquidos. Pero mientras la distribución del segundo no ha variado desde 2013, limitándose a la zona citrícola entre las provincias de Valencia y Castellón, E. banksi sí ha conseguido propagarse. Actualmente, es la especie de ácaro más frecuente en el cultivo de cítricos de la Comunidad Valenciana y está desplazando geográficamente a Eutetranychus orientalis y Panonychus citri. “Esta plaga no presenta un buen control biológico, desarrollando poblacionales altas al final del verano que causan daños relativamente importantes en hojas y frutos”, advierte Sergio López.
Este ácaro compartirá cartel en Phytoma Meets con otras plagas que actualmente están causando problemas a los citricultores, como el cotonet Delottococcus aberiae, el trips de la orquídea Chaetanaphothrips orchidii o la mosca de la fruta Ceratitis capitata.
Los ácaros producen daños al alimentarse de la clorofila de hojas, tallos y frutos. Sus picaduras alimenticias producen una decoloración difusa sobre la hoja y el fruto. Con poblaciones altas pueden provocar defoliaciones cuando se combinan con humedades ambientales bajas y viento de poniente o deficiente contenido de humedad en la planta por sequedad del suelo o escaso sistema radicular.
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