Tamarixia dryi, parasitoide de Trioza erytreae, ha conseguido establecerse y dispersarse en la cornisa cantábrica, un paso muy importante para lograr un control óptimo del vector del HLB, como ocurrió primero en Canarias y posteriormente en Galicia.
Investigadores del IVIA han viajado recientemente al norte de España para comprobar, junto a técnicos de los Servicios de Sanidad Vegetal de Asturias, Cantabria y País Vasco, que en las tres comunidades donde el año pasado se realizaron sueltas el parasitoide “ha pasado todo el invierno y se ha reproducido de forma tan satisfactoria que en prácticamente todas las parcelas en las que había Trioza, había niveles muy altos de Tamarixia dryi, con lo que podemos confirmar que se ha establecido y se ha dispersado por toda la cornisa cantábrica”, explica Alejandro Tena, investigador de la Unidad de Entomología del IVIA. El parasitoide se ha detectado hasta en Irun, “a unos 100 km del punto de suelta más cercano”.
La aclimatación de esta avispilla originaria de Sudáfrica supone un gran avance para evitar la dispersión de T. erytreae, presente en la península desde 2014 pero alejado de las zonas citrícolas. En Galicia, donde las sueltas se realizaron en otoño de 2019, ha sido capaz de dispersarse desde los puntos de las sueltas y alcanzar niveles de parasitismo muy altos. “En Galicia, lo que vemos, sobre todo, es el impacto sobre la plaga. En otoño del año pasado ya veíamos cómo en Pontevedra, la provincia donde primero se liberó, menos de un 5% de las parcelas que prospectamos tenían Trioza; antes de la suelta del parasitoide, este porcentaje era del 90%”, resalta Tena, que ha participado en el simposio internacional València BC para hablar, precisamente, del control biológico de plagas invasoras de cítricos.
Los individuos liberados tanto en Galicia como en Asturias, Cantabria y País Vasco proceden del insectario que el Servicio de Sanidad y Producción Vegetal de la Xunta gallega tiene en Maceda (Ourense). También los utilizados en las sueltas de Portugal en 2019 y este año, tras el foco de T. erytreae en El Algarve.
En agosto, investigadores del IVIA y técnicos de los Servicios de Sanidad Vegetal de Galicia volverán a prospectar las zonas de suelta para confirmar lo observado el año pasado y confiar en que la estrategia de control biológico clásico evolucione en la península tan bien como en Canarias: allí, T. dryi consiguió dispersarse no sólo en Tenerife, donde fue liberado en 2018, sino por las islas vecinas de Gran Canaria, La Palma, La Gomera y El Hierro, y actualmente apenas queda rastro del psílido.