Mientras Trioza erytreae sigue avanzando por la cornisa cantábrica, Tamarixia dryi, el parasitoide importado de Sudáfrica con el objetivo de reducir las poblaciones del vector del HLB, ha conseguido establecerse y dispersarse en las tres localizaciones de Galicia donde se han realizado sueltas.
En un muestreo reciente, investigadores del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA han podido confirmar, junto con el Servicio de Sanidad Vegetal de Galicia, que en apenas dos meses (desde junio hasta agosto), el parasitoide ha sido capaz de dispersarse más de 3 km desde los puntos de suelta y alcanzar niveles de parasitismo cercanos al 75% en dichas zonas.
Los próximos meses se podrá comprobar si la eficacia de este parasitoide en territorio peninsular es tan alta como en Canarias, donde las poblaciones del T. erytreae han disminuido drásticamente tras la liberación del parasitoide en la primavera de 2018, hasta el punto que actualmente es difícil encontrar individuos del psílido; consiguió no solo dispersarse por toda la isla de Tenerife, donde fue liberado, sino por las islas vecinas de Gran Canaria, La Palma, La Gomera y El Hierro. “La eficacia ha sido espectacular, es difícil encontrar poblaciones de Trioza en Canarias”, afirmó el profesor Alberto Urbaneja, investigador del IVIA que ha dirigido este proyecto de control biológico clásico junto al Dr. Alejandro Tena, durante una jornada virtual sobre sanidad vegetal en cítricos organizada esta semana por el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante.
Mientras tanto, el vector del HLB sigue avanzando por Portugal y el norte de España. El pasado lunes, la Dirección General de Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria declaraba la existencia de esta plaga y establecía una serie de medidas para su erradicación y control. En verano, se detectó también en la zona centro-oriental costera de Asturias y el País Vasco. Comunidades donde no hay producción citrícola, pero sí cítricos ornamentales en jardines públicos y privados. Por esta razón, los investigadores del IVIA han recomendado al Ministerio de Agricultura que autorice sueltas del parasitoide en estas regiones.
Por suerte, el norte de España está lejos de las comunidades citrícolas del Mediterráneo. El mayor peligro se encuentra en Portugal, donde el psílido se está desplazando de norte a sur y está a menos de 200 km de El Algarve y la provincia de Huelva. La buena noticia es que los individuos de Tamarixia dryi liberados el año pasado en Portugal han conseguido establecerse; falta conocer si también han logrado dispersarse (el último muestreo se realizó antes de verano).
Este trabajo se ha cofinanciado mediante proyectos de investigación europeos (proyecto TROPICSAFE Nº 727459), nacionales (proyecto INIA E-RTA2015-00005-C6) y fondos propios de la Generalitat (Proyecto IVIA 51902). Su principal objetivo es impedir que, con la llegada del vector, finalmente aparezca también el HLB o greening, una enfermedad bacteriana para la que no hay cura. “Hay muchas plagas que pueden llegar a aparecer, pero el HLB es la amenaza más grave que tenemos en nuestros cítricos. Si entrara con la fuerza que ha entrado en otras zonas citrícolas, podría ser un desastre de magnitudes inabordables para nuestra citricultura”, advirtió Urbaneja en el foro organizado por el COIAL.