El hallazgo de un péptido con efecto bactericida que además potencia el sistema inmune de las plantas ha generado grandes expectativas en la lucha contra el HLB. El IVIA busca material resistente a esta enfermedad hasta ahora incurable en su colección de patrones híbridos de cítricos.
La investigadora de la Universidad de California Hailing Jin descubrió el año pasado la primera sustancia capaz de controlar el HLB, un péptido antimicrobiano tolerante a la enfermedad. Esta molécula natural se encuentra en la variedad Citrus australasica. “Un péptido es una cadena de aminoácidos con propiedades antibacterianas y antifúngicas que pertenece al sistema inmune de las plantas. Tiene dos formas de actuar: una directa, matando la bacteria, y otra indirecta, activando el sistema de defensa de la planta”, explicó María Ángeles Forner, responsable del Programa de Mejora de Patrones del IVIA, en la webinar Nuevas estrategias de lucha frente a HLB: material vegetal tolerante e inducción de defensas, organizado por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Comunidad Valenciana el pasado 16 de marzo. Ya hay registrados cerca de tres mil péptidos antimicrobianos, que normalmente son muy específicos y ofrecen la ventaja de ser biodegradables.
Una vez identificado el péptido, éste se inyectó en plantas infectadas para comprobar su efecto bactericida: a los pocos meses, los síntomas desaparecían y las plantas se recuperaban. También se comprobó que podía proteger los árboles sanos de la infección activando sus defensas: “actuaba como vacuna porque inducía el sistema inmunitario de la planta”, resume la investigadora del centro de Citricultura y Producción Vegetal del IVIA.
Por otro lado, en paralelo a esta investigación, en noviembre, la empresa biotecnológica norteamericana Elemental Enzymes obtuvo la patente de una solución de péptidos naturales que consigue activar el sistema defensivo y recuperar plantas afectadas por el greening, que prevé comercializar en 2022.
Tras este importante descubrimiento científico, el centro de investigación valenciano trabaja para identificar la presencia de péptidos antimicrobianos, secuenciarlos y cuantificar su acción bactericida, en todo el material vegetal que conserva: poblaciones de híbridos, Microcitrus, colección de patrones y especies del banco de germoplasma. “Hasta ahora, se ha identificado que la de Microcitrus tiene mucha capacidad antimicrobiana, pero probablemente nosotros tengamos SAMPS (péptidos antimicrobianos estables, por sus siglas en inglés) que puedan tener mayor capacidad”, confía Forner. El objetivo es disponer de nuevas poblaciones de patrones con potencial resistencia a la bacteria Candidatus liberibacter.
Esta investigación se dirige no sólo a las futuras plantaciones, sino también a los árboles ya existentes. Por ello, se va a poner en marcha un plan de protección de plantaciones adultas, haciendo pruebas con los péptidos que se identifiquen, ya sea como injertos, patrón o madera intermedia, o con injertos recíprocos. También se probarán injertos de copa o aproximación con Microcitrus o híbridos de Poncirius trifoliata, principal parental de la colección del IVIA, que tiene genes de resistencia al HLB, pero no se puede utilizar como patrón por su sensibilidad a la caliza y salinidad. “No nos podemos permitir el lujo de arrancar plantaciones”, asegura Forner en referencia a la drástica decisión que se tomó con el virus de la tristeza hace medio siglo, cuando la enfermedad obligó a reemplazar todos los patrones plantados por otros tolerantes.
La investigación liderada por Forner entronca con la llevada a cabo desde hace siete años por la Unidad de Entomología del IVIA sobre la inducción de defensas de las plantas mediante la emisión de sustancias volátiles que utilizan para atraer enemigos naturales, repeler plagas y comunicarse entre sí, y que ya ha logrado resultados prometedores en tomate y pimiento de invernadero frente a plagas como Tuta absoluta y Bemisia tabaci.
En cítricos, se ha demostrado que activa las mismas rutas de defensa que se han mostrado capaces de limitar la infección por HLB. “Nuestra investigación demuestra cómo el uso de volátiles como inductores del mecanismo de defensa de las plantas podría ser una nueva herramienta en el manejo de plagas y enfermedades de cítricos”, sostiene la investigadora Meritxell Pérez-Hedo.
En 2019, los investigadores del IVIA evaluaron el difusor de liberación controlada de volátiles diseñado en este proyecto, y que acaba de ser patentado, en una parcela de naranjos en Florida con población de adultos de Diaphorina citri, principal vector del HLB en América: la puesta de huevos del psílido se redujo un 70%.
Recientemente, se ha comprobado también la capacidad del difusor de atraer individuos de Aphytis melinus, parasitoide del piojo rojo de California, y de Anagyrus vladimiri, que parasita el cotonet Planococcus citri, tanto en patrón Amargo como Carrizo. También se han realizado bioensayos que constatan una reducción de la puesta de huevos de la araña roja (Tetranychus urticae) en Carrizo. “Quedan, en este campo, muchos desafíos por resolver. Como conocer el efecto de esta activación en distintas combinaciones de patrón y variedad, la duración de dicha activación, los efectos metabólicos en las plantas, su aplicación a gran escala o el efecto sobre otras plagas y enfermedades en cítricos”, concluyó Pérez-Hedo.