Como ya se anticipó, la Comisión Europea ha renovado la autorización del glifosato diez años, hasta 2033. Toma esta decisión después de que los países no alcanzaran un acuerdo para la renovación o retirada del herbicida, ni en el Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos, ni en el Comité de Apelación.
El Reglamento de Ejecución (UE) 2023/2660 reconoce que el glifosato ha sido objeto de dos evaluaciones exhaustivas desde 2012, y en ninguna de ellas se identificó ninguna preocupación que indicara que no se cumplen los criterios de autorización. En cualquier caso, considera que, “aunque no se identificaron impactos directos sobre la biodiversidad” en la evaluación de riesgos, si los países identifican cualquier posible impacto indirecto, deben considerar “la sustitución de los usos de productos fitosanitarios que contengan glifosato por otros métodos prácticos de control o prevención disponibles con menos impacto sobre la biodiversidad, incluidas las técnicas de escarda no químicas. Cuando los Estados miembros identifiquen tales métodos, podrán establecer condiciones o restricciones específicas para el uso de productos fitosanitarios que contengan glifosato”.
La Comisión, basándose en las evaluaciones realizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), renueva la autorización, aunque impone algunas restricciones, como la prohibición de su uso como desecante antes de la cosecha y la necesidad de adoptar medidas para proteger otros organismos del herbicida. “Mantener la caja de herramientas de los agricultores bien equipada con herramientas eficaces y seguras para controlar las malas hierbas es esencial, no sólo para contribuir a un suministro europeo de alimentos más seguro, sino también -cuando se combina con una serie de nuevas soluciones agrícolas- para facilitar la continuación de los sistemas agrícolas de conservación y regenerativos que permiten a los agricultores lograr un control a largo plazo de las malas hierbas invasoras sin arar (no-laboreo). Esto, a su vez, se traduce en que los agricultores puedan reducir la erosión del suelo, mejorar la capacidad de retención de agua y la estructura del suelo, y vigorizar los ecosistemas del suelo”, ha valorado el Grupo de Renovación del Glifosato, integrado por un conjunto de empresas interesadas en la renovación de la sustancia activa.
PAN Europa, ONG partidaria de la prohibición de los fitosanitarios químicos, ha anunciado que impugnará la nueva aprobación del glifosato en el Tribunal de la UE. “La reaprobación contradice directamente los hallazgos de numerosos científicos independientes que han investigado los impactos del glifosato. Desafía la voluntad de la gran mayoría de los europeos e ignora la necesidad urgente y el compromiso político de reducir el uso de plaguicidas. Lo más importante es que contraviene las leyes de plaguicidas de la UE, que priorizan la protección de la salud y la biodiversidad por encima de los intereses económicos. Nuestra oposición se basa en pruebas jurídicas y científicas convincentes”, asegura Martin Dermine, director ejecutivo de PAN Europa.