La prevención, la planificación y métodos como la endoterapia y el uso de la fauna auxiliar se erigen en pilares de la gestión fitosanitaria de las áreas verdes urbanas, muy condicionada por la falta de herramientas disponibles. Una mesa redonda de expertos abordó este problema en Iberflora.

Esta mesa se enmarcaba en una jornada sobre la gestión municipal del bosque urbano. Moderada por María Eugenia Rodrigo, de la Universidad Politécnica de València, contó con la participación de Mamén Márquez, responsable en le Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA); Pablo Sánchez, ingeniero agrónomo de Syngenta; Lorenzo Gómez, director técnico de Fertinyect; y los asesores especializados en áreas verdes Mònica Bedòs, de la empresa Adalia, y José Javier Sigüenza, de Baobab.

Los parques y jardines urbanos tienen que lidiar no solo con especies ya muy extendidas, como el picudo rojo de la palmera o la procesionaria del pino, sino con plagas exóticas emergentes, como el escarabajo-avispa taladro de las moreras, Xylotrechus chinensis, que desde 2018 ha ido expandiéndose por Cataluña y la Comunidad Valenciana.

Y frente a tantos desafíos, apenas hay herramientas autorizadas para áreas verdes. “La legislación nos restringe cada vez más cómo proteger el arbolado urbano. El futuro está en un tratamiento integrado, pero necesitamos el apoyo de las administraciones públicas”, reclamó Pablo Sánchez.

“Lo político se pone por delante de la ciencia”, lamentó Mamén Márquez, que defendió la seguridad de los plaguicidas autorizados actualmente frente a las reticencias a usar productos de origen químico: “Los fitosanitarios que se están registrando hoy en día son muy precisos: van a una plaga concreta, incluso a un estadío concreto. Los dosieres de registro son extremadamente complejos y se garantiza la preservación de la biodiversidad y la salud de las personas”.

“No hay que demonizar los fitosanitarios, pero tampoco se puede asumir un umbral cero de intervención en ornamentales”, añadió Sigüenza, en alusión a los tratamientos precipitados por motivos estéticos.

Además de señalar las limitaciones, los ponentes pusieron soluciones encima de la mesa. Bedòs incidió en la importancia de la prevención y la planificación de la gestión fitosanitaria, aunque en demasiadas ocasiones se recurre a los especialistas cuando el problema se ha extendido y no hay alternativa a los tratamientos curativos. Esta asesora aboga por proteger y promover la conservación de la fauna auxiliar y su papel como depredadores y parasitoides naturales de las plagas. Por ejemplo, algunos municipios de Cataluña han hecho de la necesidad, virtud, y han aprovechado la sequía “para convertir los céspedes en praderas naturalizadas para fomentar la biodiversidad”.

En endoterapia, se administra el insecticida mediante la inyección directa el tronco, sin riesgo de deriva que comprometa la salud humana y animal

Muchas empresas de protección de cultivos, por su parte, están apostando por la endoterapia en entornos urbanos: se administra el insecticida por via intravascular, mediante la inyección directa el tronco, sin riesgo de deriva que comprometa la salud humana y animal. Por esta razón, se ha convertido en los últimos años en prácticamente la única vía de control químico de plagas en el ámbito urbano; varios países de la Unión Europea han autorizado algunas materias activas para su uso mediante endoterapia, mientras que han prohibido su uso al aire libre.

En Iberflora, Syngenta presentó las nuevas ampliaciones de etiqueta de REVIVE II, producto registrado de aplicación por endoterapia, para uso en palmeras contra Diocalandra frumenti y en coníferas contra la procesionaria del pino, ya autorizada en Portugal y en proceso para España.

En un trabajo reciente publicado en Phytoma, Fertinyect demuestra que las inyecciones al tronco anuales con abamectina y acetamiprid son efectivas para el control de la procesionaria del pino. “Los resultados tanto de los ensayos de campo como de laboratorio muestran que, aunque los tratamientos mediante inyección al tronco con abamectina son los más efectivos para el control de la procesionaria del pino, también los tratamientos con acetamiprid, especialmente a las dosis más altas, también son altamente eficaces, aunque con un tiempo de acción más lento, lo que presumiblemente puede asociarse a una menor movilidad del acetamiprid en el xilema respecto a la abamectina. Estos resultados preliminares indicarían que, para asegurar la máxima eficacia, la periodicidad mínima con la que se deberían realizar los tratamientos con abamectina debe ser anual, siempre que haya infestación”, concluye este estudio, realizado en colaboración con la Universidad de Córdoba.