El Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) no obtuvo la mayoría cualificada para sacar adelante el proyecto de texto de la Comisión Europea que pretendía aplicar al arroz importado un aumento del Límite Máximo de Residuos (LMR) del triciclazol, una sustancia activa cuyo uso está prohibido en la Unión Europea.
El triciclazol es una materia activa utilizada como fungicida que, tras varias autorizaciones excepcionales, actualmente tiene prohibido su empleo en la agricultura europea. En el sector arrocero resultaba fundamental para el control del hongo Pyricularia oryzae, causante de la principal enfermedad del cultivo. No en vano, desde su prohibición los arroceros valencianos solo cuentan con dos sustancias autorizadas, lo que ha generado importantes resistencias y ha ocasionado mermas del 50% de la producción en la variedad Bomba.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), que ya alertó en febrero de esta propuesta que pretendía incrementar el LMR del 0,01 mg/kg actual a 0,09, manifiesta su satisfacción por el resultado de la votación y aplaude el voto en contra del Gobierno español durante la reunión del SCoPAFF. “La propuesta comunitaria era incoherente, repulsiva, exhibía una falta total de solidaridad europea y nos alejaba aún más de la reciprocidad o de las cláusulas espejo que deben primar nuestros políticos. O todos competimos en el mercado con las mismas reglas o Bruselas continuará expulsándonos de nuestros campos y granjas”, subraya el presidente de AVA-ASAJA Cristóbal Aguado.
El grupo de trabajo del arroz del COPA-COGECA, cuyo vicepresidente es el representante de AVA-ASAJA, Miguel Minguet, avanza que ahora la Comisión prevé acudir al Comité de Recursos, un órgano donde también necesitará alcanzar una mayoría cualificada para sacar adelante la iniciativa. Si perdiera de nuevo la votación, aún podría aprobar el proyecto, pero quedaría la tramitación por el Parlamento Europeo y el Consejo, instituciones que tendrían que aprobar o rechazar definitivamente el texto.
Aguado asegura que AVA-ASAJA “mantendrá la presión y seguirá vigilante porque solo hemos ganado el primer asalto. El sector arrocero ha enviado una señal fuerte a la Comisión y ha retrasado el proceso. Pero Bruselas no parece que dé su brazo a torcer y continuaremos necesitando el respaldo de nuestros representantes en el Parlamento y el Consejo para detener este despropósito. Estamos jugando con la viabilidad económica de los arroceros europeos, con la preservación de parques naturales tan emblemáticos como La Albufera o el Marjal Pego-Oliva, cuyo ecosistema depende en gran medida del cultivo, y con la seguridad alimentaria de un producto básico de nuestra alimentación como es el arroz”.