Tras no detectar la plaga en las prospecciones realizadas durante los últimos cuatros años en las áreas demarcadas, las autoridades fitosanitarias han confirmado que Asturias ha erradicado la polilla guatemalteca de la patata, Tecia solanivora. En estos momentos, solo queda delimitado como zona tampón el municipio de San Tirso de Abres, por ser colindante con una zona infestada (municipio de Trabada) de Galicia.
En España, esta plaga se detectó por primera vez en las Islas Canarias en 1999; seis años después apareció en la península, primero en Galicia y posteriormente en Asturias, que obligó a implementar un programa de erradicación que incluía la prohibición de cultivar patata en las áreas demarcadas y realizar prospecciones oficiales periódicas. A principios de este año, la Conselleria del Medio Rural de la Xunta de Galicia actualizó la situación de la plaga y confirmó un avance significativo en su contención, “previa a una posible erradicación”.
La polilla guatemalteca puede llegar a producir en algunas campañas pérdidas cercanas al 50% de la producción total. El adulto es una pequeña polilla de color marrón con manchas en las alas y de aproximadamente 12 mm de longitud y se mueve durante la noche y especialmente al amanecer. La hembra deposita unos 150-200 huevos en el suelo, principalmente en grietas y cerca de la base de la planta. De los huevos nacen pequeñas larvas o gusanos que se desplazan hasta las papas, de las que se alimenta, produciendo galerías en su superficie. Estas larvas, que al final de su desarrollo presentan un color rosado oscuro, abandonan el tubérculo y forman una pupa o crisálida, preferentemente en los primeros 5 cm del suelo. De esta pupa pasados unos días, saldrá de nuevo el adulto. A diferencia de la polilla Phthorimaea operculella, que produce galerías en las hojas y perfora los brotes, T. solanivora solo produce daños en los tubérculos, con lo que sus efectos pasan desapercibidos hasta el momento de la cosecha.