El Encuentro Internacional 2020, Año Internacional de la Sanidad Vegetal: ciencia y profesión para producir más con menos revisa las plagas, enfermedades y malas hierbas más preocupantes para la agricultura española.
La agricultura tiene ante sí un reto de importancia creciente e incidencia que no tiene visos de disminuir: la invasión de organismos nocivos exóticos, en gran parte propiciada por el comercio internacional y el cambio climático. A nivel global, se estima que una tercera parte, como media, del rendimiento potencial de los cultivos se pierde debido a plagas, enfermedades y malas hierbas. El Encuentro Internacional 2020, Año Internacional de la Sanidad Vegetal: ciencia y profesión para producir más con menos, que se celebrará el 1 y 2 de diciembre en el Salón de Actos del Rectorado de la Universidad de Córdoba, analizará las principales amenazas para la agricultura española y las actuaciones emprendidas para evitar su entrada o mitigar su impacto.
El principal problema ya está establecido en Baleares y Alicante: la bacteria Xyella fastidiosa. Blanca B. Landa, investigadora del Instituto de Agricultura Sostenible IAS-CSIC, explicará en el Encuentro las aproximaciones y para el control de esta bacteria fitpatógena que sólo en Baleares se ha detectado en más de una veintena de especies y ha afectado gravemente a tres importantes cultivos agrícolas: almendro, olivo y viñedo.
La citricultura española es de las más sanas del mundo, ya que por el momento está libre de las principales enfermedades que la acechan. Pero no está exenta de riesgos. Por ejemplo, en la península ibérica no se ha detectado el HLB, la enfermedad más devastadora a nivel mundial, pero sí la psila africana (Trioza erytreae), uno de los insectos vectores que transmiten la bacteria que la causa. Alejandro Tena, investigador del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA, explicará el proyecto de control biológico clásico que ha conseguido reducir la población de este insecto en Canarias, Galicia y Portugal mediante la suelta controlada y experimental del parasitoide Tamarixia dryi. “Hoy en día, el control biológico clásico es el enfoque más factible porque no se han encontrado parasitoides nativos eficaces de T. erytreae en las islas del Atlántico ni en la península ibérica, y se ha constatado que T. dryi es el agente de control biológico más abundante y eficaz en su área de origen, Sudáfrica”, explica Tena.
La mancha negra, causada por el hongo Phyllosticta citricarpa, es otra peligrosa enfermedad que no afecta todavía a la citricultura europea, aunque se encuentra cada vez más cerca: en 2019 se detectó la existencia de un foco en Túnez, lo que demuestra que las condiciones climáticas de la cuenca mediterránea no suponen ningún impedimento para su establecimiento, en contra de lo argumentado por algunos países que exportan frutos cítricos a la UE. “Algunos estudios indican que la mancha negra de los cítricos apareció en Sudáfrica en unos primeros focos situados en zonas citrícolas deelevada pluviometría, pero que luego se diseminó a regiones colindantes de clima árido y seco, muy similar al de algunas zonas citrícolas de la cuenca mediterránea. La reciente detección de la mancha negra en la península del Cap Bon en Túnez ha puesto finalmente en evidencia la capacidad de P. citricarpa para establecerse y desarrollarse epidémicamente bajo condiciones climáticas típicamente mediterránea”, señala Antonio Vicent, Investigador del IVIA e integrante del Panel de Sanidad Vegetal de la EFSA, que también participa en el Encuentro.
Tanto la Xylella como el HLB y la mancha negra forman parte de la lista de veinte plagas y enfermedades prioritarias de la Comisión Europea por su impacto económico, medioambiental y social. La selección de las plagas está basada en la evaluación llevada a cabo por el Joint Research Centre de la Comisión y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, y para hacerla se han tenido en cuenta la probabilidad de propagación, el establecimiento y las consecuencias de dichas plagas para la Unión. “Hemos diseñado una metodología para apoyar a los responsables políticos y gestores de riesgos en la clasificación de las plagas de cuarentena. Gracias a ella, ahora podemos estimar su impacto potencial en los ámbitos económico, social y ambiental. Esta herramienta integra en un solo indicador las estimaciones de pérdidas de producción, impactos en el comercio, el empleo y otros indicadores socioeconómicos. Pero también hemos creado indicadores para dimensiones menos tangibles, como los impactos en el paisaje, el patrimonio cultural y en la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas”, explica Emilio Rodríguez Cerezo, jefe adjunto de la Unidad de Economía de la Agricultura en el JCR y coautor del informe.
Las malas hierbas están excluidas de este listado de plagas prioritarias, pero la nocividad de Amaranthus palmeri se ha puesto de manifiesto por su alta capacidad competitiva y por su capacidad de desarrollar biotipos con resistencia a distintos herbicidas. Constituye uno de los principales problemas en soja y maíz, de manera especial en cultivos transgénicos, donde ha desarrollado biotipos resistentes a glifosato. “En 2016 se observó la presencia de esta especie en campos de maíz de las provincias de Lleida y Huesca, donde constituye una seria amenaza para la sanidad de este cultivo”, advierte Jordi Recasens, catedrático de Malherbología de la Universitat de Lleida, que participará en el Encuentro para hablar de esta especie invasora originaria de Estados Unidos y el norte de México, una de las más devastadoras a nivel mundial en la actualidad.
Organizado por la Asociación Española de Sanidad Vegetal (AESaVe) y Phytoma-España, 2020, Año Internacional de la Sanidad Vegetal: ciencia y profesión para producir más con menos reunirá a una treintena de expertos nacionales e internacionales en protección de cultivos, investigación agraria y legislación fitosanitaria para analizar y debatir los principales desafíos a los que debe hacer frente esta ciencia y profesión fundamental para asegurar la sostenibilidad de la agricultura. El programa, concebido para analizar los desafíos de la sanidad vegetal y plantear soluciones innovadoras para la agricultura en un escenario abierto al debate y a la participación, está dirigido a asesores, técnicos, distribuidores, empresas, investigadores, profesores, legisladores, tecnólogos, productores… en definitiva, a todos los profesionales relacionados con la sanidad vegetal.