AINIA ha desarrollado un sistema de teledetección compacto para controlar enfermedades de cultivos en explotaciones agrícolas. Esta tecnología permite detectar, evaluar y diagnosticar al instante enfermedades, plagas y daños en los árboles para una mejor gestión de los cultivos.
Este dispositivo, diseñado y desarrollado por el instituto tecnológico dentro del proyecto CERES, está compuesto por tecnologías fotónicas e inteligencia artificial que permiten la caracterización de los cultivos mediante la combinación de robótica móvil (drones y AGV), fotónica (cámaras hiperespectrales, termografía y LIDAR) y software de análisis basado en Inteligencia Artificial.
Según el técnico del Departamento de Tecnologías de automatización de procesos y sensores Espectrales de AINIA, Edgar Llop, “las tecnologías hiperespectrales captan información química de los cultivos que nos permiten hacer diagnósticos sobre la salud de las plantas y sus necesidades de nutrientes o la detección de plagas y enfermedades; y con la tecnología LIDAR (tecnología láser) obtenemos imágenes 3D para segmentar los árboles y calcular su distribución volumétrica para, por ejemplo, la correcta aplicación de fitosanitarios. La información obtenida se procesa a través de algoritmos de inteligencia artificial para extraer conclusiones que nos ayudan a tomar las decisiones más acertadas para la gestión de los cultivos”.
De esta forma, el uso de este dispositivo “permite adaptar los tratamientos fitosanitarios, según la morfología de cada uno de los árboles; lo que puede suponer un ahorro de entre un 10% y un 60% de fitosanitarios, muchas menos horas de trabajo por parte del agricultor, así como una reducción del combustible para máquinas agrícolas por cada hectárea de cultivo”, añade Llop.
La unidad desarrollada por AINIA puede instalarse en la maquinaria agrícola, lo que permite el diagnóstico en tiempo real. “Podemos integrar esta tecnología, por ejemplo, en un tractor, desde donde este dispositivo capta la información tanto física como química de los cultivos, la procesamos mediante algoritmos de inteligencia artificial, y le da la orden al equipo de aplicación de cuál es la dosis justa de fitosanitarios que debe aplicar a cada uno de los árboles”, explica el investigador.
Entre las ventajas que la agricultura 4.0 supone para el trabajo en el campo se encuentra la toma de decisiones objetivas para una mejor gestión de los cultivos que redunde en la optimización de los recursos. “Podemos gestionar insumos como el agua, los fertilizantes o los fitosanitarios y aplicarlos donde son más necesarios y en el momento en el que son más necesarios. Por tanto, reducimos el gasto, aumentamos la rentabilidad y ayudamos a que los cultivos sean más sostenibles”, señala Llop.