Debido a las cada vez más evidentes consecuencias derivadas del cambio climático, la agricultura a lo largo y ancho del mundo se ha visto obligada a replantearse la forma en la que se cultivan los alimentos que necesita la población mundial. Las cambiantes condiciones climáticas dificultan la tarea a los agricultores, pero tampoco hay que olvidar que la agricultura tradicional es una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, especialmente el carbono del suelo al liberarlo con la labranza.

Uno de los cambios más revolucionarios está relacionado con la tecnología de tasa variable (Variable Rate Technology, VRT) y la aplicación de tasa variable (Variable Rate Application, VRA) de diferentes insumos, como agua o fertilizantes. Ambos componentes forman parte de un nuevo concepto de gestión agrícola que busca maximizar el rendimiento de los cultivos, al mismo tiempo que se optimiza el uso de los recursos, reduciendo al mínimo el desperdicio, y se protege el medioambiente. 

Aplicaciones de la tecnología de tasa variable (VRT) en la agricultura

Se considera tecnología de tasa variable a aquella que se apoya en los datos y la automatización para la aplicación de diferentes productos en el campo. Normalmente, está tecnología se basa en otras tecnologías combinadas, como el GPS o los SIG, así como en otras tecnologías de vanguardia, como la inteligencia artificial. El resultado de su utilización da lugar a las soluciones de aplicación de tasa variable.

Una de esas soluciones está basada en un sistema de sensores colocados por todo el campo. La información llega al sistema en tiempo real e indica dónde y cuánta cantidad se ha de aplicar en cada lugar. Habitualmente, esta solución se usa principalmente para regar. La otra solución, la más común, son los mapas VRA o mapas de prescripción de tasa variable, mucho más versátiles. Estos mapas pueden cargarse en la maquinaria agrícola, y gracias a las coordenadas GPS incluidas, es posible determinar la dosis de aplicación en cada punto del campo.

Las aplicaciones de la tecnología de tasa variable son varias:

Tasa variable de fertilizantes. Este fue el primer éxito de esta tecnología y el que enamoró a los agricultores. Los fertilizantes nitrogenados son los que se aplican más por el campo siguiendo este método, aunque sirve para cualquier tipo. La necesidad de fertilizante de las plantas varía incluso dentro de un mismo campo y la aplicación general y excesiva de estos productos suponen una amenaza para el medioambiente. Por un lado, los propios fertilizantes pueden provocar quemaduras a las plantas debido a su naturaleza química; por otro lado, las escorrentías de fertilizantes contaminan las masas de agua cercanas y afectan a la flora y fauna.

Tasa variable de semillas. Cuando se trata de conseguir el máximo rendimiento, la siembra a granel no es especialmente eficiente. Adaptar la cantidad de semillas a la productividad de las distintas zonas del campo, además de respetar la distancia y profundidad de siembra es mucho más sencillo si los agricultores se apoyan en esta tecnología.

Tasa variable de irrigación. La topografía de los campos es irregular; es decir, hay zonas que pueden quedar excesivamente húmedas, incluso encharcadas, mientras que otras pueden permanecer sin regar. Una cantidad insuficiente o excesiva de agua generará estrés hídrico y reducirá la productividad. Así pues, repartir este valioso y escaso bien es fundamental para el devenir de la seguridad alimentaria. El sistema más común para esta tarea es el riego por pivote central con caudal variable.

Tasa variable de productos químicos de protección. Aunque se intenta no utilizar estos productos de forma habitual, en ciertos casos solo así es posible eliminar la amenaza que suponen las plagas, las enfermedades y las malas hierbas. Con esta técnica, es posible tener en cuenta diversos factores clave, como las variaciones en la infestación y la densidad de las malas hierbas. Como resultado, se elimina el problema y se reduce el riesgo medioambiental, ya que no se producen aplicaciones de dosis insuficientes o excesivas. 

El mercado de la tecnología de tasa variable y expectativas de futuro

En plena expansión de la tecnología agrícola, la tecnología de tasa variable alcanzó un valor cercano a los 4.000 millones de dólares en todo el mundo y se prevé que tenga una tasa de crecimiento interanual del 12% hasta comienzo de la década de 2030. Pese al notable crecimiento que se estima, el mercado de la VRT no está exento de ciertos desafíos y problemas. Entre ellos, destacan los elevados costes iniciales, especialmente cuando se opta por sistemas de riego de pivote central en explotaciones de gran tamaño o si se adquiere maquinaria que permita cargar los mapas directamente en su sistema de a bordo. Otro problema asociado está en la complejidad de la integración de esta tecnología, que requiere conocimiento especializado y apoyo si no se tiene suficiente conocimiento.

Sin embargo, los continuos avances tecnológicos y el creciente énfasis en la transformación digital en el sector agrícola presentan buenas oportunidades de innovación en el mercado de esta tecnología, haciéndola más potente y, al mismo tiempo, más asequible para todos los bolsillos.