La sequía se ha convertido en la principal pesadilla para la agricultura española este año, con el segundo invierno más seco en España de la serie histórica y apenas un 45% de la lluvia habitual. Elías Fereres, catedrático emérito de la Universidad de Córdoba e investigador del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, y uno de los mayores expertos mundiales en riego deficitario y escasez de agua, analiza el impacto que está teniendo la sequía en la agricultura española y propone una serie de medidas para adaptarse a un fenómeno que por el cambio climático podría repetirse con mucha frecuencia.
El impacto de la sequía sobre los cultivos en secano ha sido devastador este año. Tanto los cereales de invierno, leguminosas y oleaginosas tendrás producciones por debajo de la media, en muchos casos con reducciones muy importantes. “El impacto negativo en el olivar de secano ya se ha manifestado en un menor número de frutos por árbol debido a la ola de calor de finales de mayo junto a la falta de lluvias y los resultados de la cosecha pueden ser aún peores si no llueve pronto y abundantemente este otoño. La cosecha de almendro en secano será igualmente bastante inferior a la media debido al déficit hídrico”, estima Fereres.
En cuanto al regadío, el impacto es variable dependiendo de la magnitud de las restricciones en el suministro de agua de riego. En los cultivos anuales, las siembras se han ajustado al nivel de garantía de suministro, con notables reducciones en el área sembrada de cultivos de alta demanda hídrica, como arroz o maíz. “En general, la habitual actitud conservadora de los agricultores frente al riesgo de falta de suministro ha hecho que se haya reducido la superficie dedicada a cultivos hortícolas, con la consiguiente reducción de ingresos. El regadío de cultivos leñosos ha sufrido también restricciones en algunas cuencas, como olivar y almendro en la Cuenca del Guadalquivir, y ello reducirá las producciones”, valora el investigador del IAS-CSIC.