En el último artículo hablábamos sobre la valoración económica de determinadas prácticas agrarias realizadas en el seno del proyecto LIFE AMDRYC4, especialmente relacionadas con la fertilización orgánica. Como decíamos, además de la valoración microeconómica a nivel de explotación, cualquier práctica agraria propuesta como alternativa al cultivo convencional debe ser evaluada también desde una óptica socio territorial en relación a los servicios ecosistémicos que pueda prestar. Estos equivalen a los beneficios que un ecosistema proporciona a la sociedad y contribuyen a mejorar la salud, la economía y la calidad de vida de las personas. Los servicios ecosistémicos según el beneficio que aportan pueden ser: de apoyo (ciclo de nutrientes, formación de suelo, polinización de cultivo, control de la erosión…), regulación (regulación del clima, regulación de flujo de agua…), aprovisionamiento (alimento, agua dulce, combustible…) y culturales (estéticos, espirituales, recreativos…).
Las prácticas de mejora que se evaluaron sobre tres cultivos de secano (olivo, almendro y cebada) fueron: fertilización orgánica (purines, estiércol ovino/caprino, compost de cercanía), franjas de cubierta vegetal, abonado en verde, islas de vegetación; se valoraron cuatro servicios ecosistémicos: reducción de la erosión, aumento de la capacidad de retención de agua, control del clima mediante la captación de carbono y aumento de los polinizadores y la fauna auxiliar (biodiversidad).