La agricultura sostenible combina la producción de cultivos para cubrir las necesidades de la población actual con la protección de los recursos naturales para las generaciones actuales y futuras, debiendo ser productiva y económicamente favorable. Reconociendo que la agricultura tiene un impacto innegable en el medioambiente, la innovación en agricultura persigue la adaptación a las nuevas condiciones climáticas, a la vez que busca contribuir a la mitigación del cambio climático reduciendo las emisiones de gases efecto invernadero.
La agricultura juega un papel fundamental para la vida humana. Por un lado, es imprescindible para proporcionar una alimentación sana, segura y accesible, y es fuente de suficientes calorías y nutrientes. Por otro lado, la agricultura es un motor económico esencial para grandes grupos de población, en especial extenso cuando se considera la cadena de valor alimentaria completa. La agricultura significa un 4% del PIB (Producto Interior Bruto) global, aunque en algunos países alcanza hasta el 25% de su PIB.
La población del planeta ha alcanzado en 2022 los 8.000 millones de habitantes, con expectativas de rozar los 10.000 millones en el año 2050, lo cual conlleva un incremento en necesidades alimenticias globales. En muchos países se están observando cambios en las tendencias de consumo: los requisitos por parte del consumidor evolucionan, ya no solamente en términos del costo del alimento, sino en sus características, estableciendo por ejemplo criterios en base a cómo y dónde han sido cultivados los alimentos que se consumen.