El aceite esencial de eucalipto ha emergido como una prometedora materia activa, destacándose por su origen natural, sostenibilidad y eficacia comprobada en el control de plagas y enfermedades en los cultivos. Este aceite, compuesto por una compleja mezcla de terpenos, ofrece múltiples beneficios: desde su potente actividad biocida hasta su capacidad para prevenir la aparición de resistencias. Además, su respeto por la fauna auxiliar y su integración en estrategias de gestión integrada de plagas lo convierten en una herramienta valiosa para la agricultura moderna. Con su inclusión prevista en el Anexo II de la Unión Europea en los próximos años, el aceite esencial de eucalipto se perfila como una solución innovadora y respetuosa con el medio ambiente para los desafíos fitosanitarios actuales.
El aceite esencial de eucalipto, conocido científicamente como Eucalyptus oil, se ha utilizado desde tiempos antiguos debido a sus propiedades antisépticas, antioxidantes y anestésicas. Recientemente, su uso se ha extendido al ámbito de la protección de cultivos, donde ha demostrado una notable eficacia en actividad bactericida, insecticida, acaricida y fungicida.
Este aceite está compuesto por una mezcla compleja de terpenos, cuya sinergia de componentes es esencial para su efectividad. Entre los principales terpenos se encuentran el 1,8-Cineol, Citronela, Citronelol, Limoneno y los alfa y beta pineno. Esta diversidad de compuestos no solo proporciona un amplio espectro de acción biocida, sino que también reduce la probabilidad de desarrollo de resistencias, una ventaja significativa frente a los productos químicos de síntesis que suelen basarse en una única sustancia activa.