El cultivo del olivo se halla en una situación de falta de rentabilidad y de factores ambientales adversos, tanto a gran escala (incremento de la temperatura e irregularidad en las precipitaciones) como los producidos dentro del propio cultivo (erosión, pérdida de biodiversidad e incremento de contaminación y residuos). En estas circunstancias los servicios ecosistémicos del olivar pueden ayudar al agricultor en ambas situaciones y el objetivo de este artículo es proporcionar una visión amplia de los mismos y cómo estimularlos durante el proceso productivo del olivar.
El cultivo del olivo en España se encuentra en una encrucijada definida en términos generales por dos situaciones, la rentabilidad y los factores ambientales, realidades complejas a las que debe hacer frente el olivarero. La rentabilidad es la resultante de numerosas variables, como el precio de venta del producto cosechado y subproductos secundarios, gastos de explotación, financieros, laborales, etc. Los factores ambientales hay que entenderlos en un doble sentido: aquellos que se producen a una escala superior al olivar y los que surgen como consecuencia del propio cultivo, y en ambos casos inciden directamente también en la viabilidad económica de la explotación.
Los servicios ecosistémicos del cultivo pueden ayudar al agricultor en ambas circunstancias y el objetivo de este artículo es proporcionar una visión amplia de los mismos y cómo estimularlos durante el proceso productivo del olivar.
En relación a las situaciones mencionadas, la rentabilidad se encuentra condicionada, entre otros factores, por los gastos de insumos que requiere la producción del cultivo, como los destinados a la nutrición, control fitosanitario y riego. Los servicios ecosistémicos pueden reducir la inversión en estos aportes que hace el agricultor. La rentabilidad también depende del valor de venta del producto cosechado, y en este ámbito, como veremos, también pueden influir favorablemente los servicios ecosistémicos, tanto por la calidad del producto cosechado (por ejemplo, con menos residuos) que posibilite defender mejores precios, como por el valor añadido que supone una producción más respetuosa con el medio ambiente, valorada favorablemente por un segmento de consumidores nada despreciable.