Los objetivos marcados por la Comisión Europea, las demandas marcadas por la sociedad y los grandes grupos de distribución, la escasez estructural de agua para riego y su contaminación por el uso abusivo de los fertilizantes nitrogenados de síntesis, así como las fluctuaciones en los costes de estos factores de producción por causas geopolíticas hacen imprescindibles productos que mejoren la salud del suelo como medio en el que se sustentan y nutren los cultivos, que hagan de la rizosfera una zona donde los árboles maximicen la asimilación de agua y nutrientes para la producción de cosechas abundantes pese a la reducción de aportaciones de los fertilizantes tradicionales. El nuevo bioestimulante microbiano de Bioiberica, Terra-Sorb radicular SymBiotic®, responde a la presión sobre el agricultor para producir más con menos.
Estamos acabando el primer cuarto del siglo XXI y se da una situación muy compleja para la agricultura en general y para la olivicultura en particular.
De un lado tenemos logros muy destacados que han repercutido muy positivamente gracias al esfuerzo realizado por el sector en los últimos 40 años. Por citar algunos, la mejora en la industria de extracción del aceite o la mejora en la producción por parte de los agricultores, con grandes inversiones por parte de las cooperativas y empresas, así como en los diferentes equipos y técnicas de cultivo. Además, la mejora en la comercialización que, tras años de diferentes campañas de marketing y publicidad, han conseguido que el aceite de oliva sea considerado nacional e internacionalmente como un alimento de calidad de gran importancia para la salud humana, así como conseguir un nivel de consumo nunca alcanzado.