La agricultura en Europa se encuentra en medio de una transformación crucial, donde el control biológico surge como una solución clave para abordar desafíos ambientales y regulatorios. Aunque el Parlamento Europeo rechazó el Reglamento de Uso Sostenible (SUR) en noviembre de 2023, el control biológico sigue siendo central en las discusiones sobre la sostenibilidad agrícola en el continente.
El SUR buscaba fortalecer la implementación de la Directiva de Uso Sostenible (SUD) y promover el Manejo Integrado de Plagas (MIP) en toda Europa. Sin embargo, la SUD ha demostrado ser insuficiente para fomentar prácticas sostenibles de protección de cultivos, generando un llamado urgente para una regulación que incluya alternativas a los plaguicidas químicos.
A pesar del revés legislativo, el control biológico cuenta con respaldo transversal en el Parlamento Europeo y la colaboración activa con la IBMA y la Comisión Europea. La definición de control biológico y alternativas biológicas a los plaguicidas químicos ha sido clave en la propuesta de la Comisión Europea y se ha perfeccionado en el texto modificado del Parlamento Europeo.