La platanera es un cultivo emblemático de las Islas Canarias. La Indicación Geográfica Protegida (IGP) “Plátano de Canarias” refleja tanto su valor económico y cultural como paisajístico y turístico. En las últimas décadas, gracias al trabajo de los técnicos y a la unidad del sector platanero, su manejo en cultivo y poscosecha se ha orientado en forma unánime hacia una mayor tecnificación, profesionalización y sostenibilidad. El manejo de plagas no es ajeno a esta tendencia, y se aborda mediante estrategias de gestión integrada, que han permitido reducir las pérdidas y daños en producción, abaratar los costes y disminuir la necesidad de productos fitosanitarios, de por sí escasos en platanera por su carácter de cultivo menor. En este contexto, el picudo negro de la platanera (Cosmopolites sordidus) es una de las pocas plagas que continúa planteando problemas de forma generalizada y constante, sin que las medidas disponibles alcancen niveles de eficacia satisfactorios. En este artículo se recogen las opciones de manejo evaluadas desde la instalación del picudo negro en las Islas Canarias en 1985, inicialmente en Tenerife, seguidamente en La Palma y La Gomera, posteriormente en Gran Canaria y, recientemente, en la isla de El Hierro.
Bananas are an emblematic crop of the Canary Islands. The Protected Geographical Indication (PGI) “Plátano de Canarias” reflects both its economic and cultural value as well as its landscape and tourism value. In recent decades, thanks to the work of technicians and the unity of the banana sector, its management in cultivation and post-harvest has been unanimously oriented towards greater modernization, professionalization and sustainability. Pest management is not immune to this trend, and is addressed through integrated management strategies, which have made it possible to reduce losses and damage in production, lower costs and reduce the need for phytosanitary products, which are already scarce in banana crops due to their minor crop character. In this context, the black banana weevil (Cosmopolites sordidus) is one of the few pests that continues to pose widespread and constant problems, without the available measures reaching satisfactory levels of effectiveness. This article includes the management options evaluated since the installation of the black weevil in the Canary Islands in 1985, first in Tenerife, and later in La Palma and La Gomera, to then reach Gran Canaria and, recently, the island of El Hierro.