El cultivo del melón y la sandía en España, siendo uno de los principales productores y exportadores a nivel mundial, enfrenta desafíos crecientes debido al cambio climático, la escasez de recursos hídricos y la sobreexplotación del suelo. Estos factores contribuyen al aumento de problemas de estrés biótico y abiótico que amenazan la producción de estas frutas, destacando la necesidad de soluciones sostenibles.
La conciencia ambiental en la sociedad ha llevado a un cambio en la agricultura hacia prácticas más sostenibles. En este contexto, el control de patógenos y plagas se realiza mediante productos fitosanitarios ecológicos autorizados y la introducción de resistencias en las variedades cultivadas. La mejora genética desempeña un papel crucial, buscando variedades resistentes sin comprometer la calidad de los frutos.
El centro de investigación de Intersemillas en Valencia lideró un proyecto de I+D en 2020 para desarrollar líneas avanzadas de reproducción de melón, centradas en resistencias a enfermedades perjudiciales para la calidad y productividad. Financiado por el CDTI con fondos FEDER de la Unión Europea, el proyecto destacó la importancia de la mejora genética tradicional y molecular para obtener variedades eficientes y resistentes.
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