El presente artículo es un informe elaborado por tres estudiantes de la asignatura de malherbología, dentro del Máster de Protección Integrada de Cultivos, sobre el seminario que realizó el investigador Stéphane Cordeau de la UMR Agroecología, del INRAE de Dijon (Francia), donde expuso la plataforma CA-SYS. El CA-SYS consiste en un proyecto a largo plazo sobre cuatro modelos agroecológicos en sistemas extensivos: i) agricultura de conservación, ii) no-laboreo rotacional, iii) laboreo con fertilización exógena de nitrógeno y iv) laboreo sin fertilización exógena de nitrógeno. Todos los sistemas se estudian sin utilizar productos fitosanitarios. El objetivo es evaluar cuántos años son necesarios para realizar la transformación del modelo de agricultura convencional a uno de los modelos planteados, su viabilidad y cuáles son las mejores prácticas para alcanzar este objetivo. Esta publicación surge a iniciativa de los profesores de la asignatura y cuenta con la aprobación del conferenciante.
Durante las últimas décadas, ha habido un incremento en el uso de inputs en el sector agrícola, tanto de fertilizantes químicos como de fitosanitarios. Esto ha repercutido en un incremento de las ganancias a corto plazo, pero desde el punto de vista de la gestión de flora arvense, se ha producido una disminución de la diversidad de malas hierbas y un incremento de las resistencias a herbicidas.
Las diversas necesidades actuales (proporcionar suficientes alimentos de buena calidad para una población en crecimiento, reducir los daños de la agricultura en el medio ambiente o garantizar unos ingresos adecuados para los agricultores) y los desafíos que afronta la agricultura del siglo XXI han hecho replantear el modelo de la agricultura actual.
Las prácticas agroecológicas buscan un modelo de producción que tenga en cuenta: los procesos ecológicos y los servicios ecosistémicos (regulación natural de plagas, secuestro de carbono, fijación de N…), integrándolos como elementos fundamentales de las prácticas agrícolas (Wezel y col. 2013) y, por otra parte, la reducción en el uso de fitosanitarios.
Los Cropping System Experiments (CSE) permiten estudiar las características de los sistemas agrícolas que no se pueden abordar mediante experimentos factoriales convencionales. Los CSE tienen como objetivo entender cómo funciona un sistema complejo como un todo, a diferencia de los experimentos factoriales, donde el objetivo es romper un sistema complejo para estudiar componentes específicos e identificar las relaciones causa-efecto. De esta forma, los CSE se acercan más a la visión del agricultor, el cual toma decisiones en función de los eventos que afecten al campo. El estudio de las prácticas agrarias no solo se realiza dentro del campo, sino también fuera, teniendo en cuenta la gestión del paisaje.