La agricultura es una actividad fundamental para el bienestar humano y la seguridad alimentaria. Los cultivos agrícolas proveen la base para la alimentación, la industria textil y muchas otras necesidades humanas. Sin embargo, los cultivos están constantemente bajo amenaza de plagas, enfermedades y condiciones ambientales adversas que afectan su rendimiento y calidad. Aquí es donde la mejora vegetal juega un papel crítico en la protección y promoción de la sanidad vegetal.
La mejora vegetal es una rama de la biotecnología agrícola que se enfoca en el desarrollo y selección de variedades vegetales con características deseadas, como mayor resistencia a plagas y enfermedades, mayor rendimiento, calidad nutricional mejorada, adaptación a condiciones ambientales específicas y más. Este proceso implica el uso de técnicas de cruzamiento y selección de plantas para transferir los genes que confieren estas características beneficiosas a las nuevas variedades.
En concreto, uno de los objetivos prioritarios es contribuir a la sanidad vegetal investigando para mejorar y aumentar la resistencia de las variedades a plagas y enfermedades, y es que, en la búsqueda constante por mejorar la productividad y la sostenibilidad en la agricultura, los agricultores se enfrentan a desafíos significativos relacionados con plagas y enfermedades que afectan negativamente sus cultivos. Estos problemas pueden provocar pérdidas económicas, inseguridad alimentaria y daños ambientales.
La mejora vegetal ha permitido desarrollar variedades que poseen resistencia a ciertos insectos y patógenos. Mediante la identificación y transferencia de genes que codifican proteínas tóxicas para los insectos o que activan respuestas de defensa en las plantas, se han logrado variedades que requieren menos aplicaciones de productos fitosanitarios y facilitan el manejo del cultivo a los agricultores. lo que representa un futuro prometedor para una agricultura más resiliente y sostenible.
Además, es posible, con el conocimiento científico actual, dar una respuesta rápida a nuevas amenazas. Cuando surge una nueva amenaza, los obtentores de variedades deben utilizar todas las técnicas de mejora vegetal que hagan posible desarrollar variedades resistentes en un plazo relativamente corto, protegiendo así los cultivos de pérdidas por afectación de plagas y enfermedades y permitiendo alcanzar su máximo potencial productivo al estar protegidas naturalmente. También, las variedades resistentes permiten producir frutos más sanos y de mayor calidad, lo que beneficia tanto a los agricultores como a los consumidores.