En la actualidad, entre los virus que más preocupan a los productores de tomate y pimiento se encuentran los nuevos tobamovirus, capaces de saltarse las resistencias existentes. Su alta estabilidad y persistencia, fácil transmisión de forma mecánica (contacto, injerto, labores del cultivo, bandejas, herramientas, ropa, …) y su confirmada transmisión por semilla provocan un gran desconcierto entre los agricultores. Se ha podido establecer que las partículas virales de los tobamovirus se localizan principalmente en la superficie de la semilla, pero en algunos casos también se pueden localizar debajo de la cubierta seminal, en el endospermo e incluso en el embrión. El comercio internacional de semillas ha supuesto la diseminación de virosis a largas distancias y la aparición de epidemias en nuevas áreas donde no estaban presentes.
El virus del rugoso del tomate (Tomato brown rugose fruit virus, ToBRFV) fue descrito por primera vez en 2015 en cultivos de tomate en Jordania (Salem y col., 2016). En España fue detectado en octubre de 2019 en un invernadero de tomate de Vícar (Almería) (Alfaro-Fernández y col., 2021) y en Murcia en 2021, aunque no se descarta su presencia en otras zonas productoras de tomate y pimiento. El ToBRFV no está actualmente incluido ni en la lista de plagas cuarentenarias ni en la de plagas reguladas no cuarentenarias de la Unión que figuran en el Reglamento de Ejecución (UE) 2019/2072 de la Comisión. Sin embargo, desde 2018 los Estados miembros notificaron brotes de esta virosis en cultivos de tomate de su territorio. Alemania e Italia realizaron, en 2018 y 2019 respectivamente, unos análisis de riesgo de plagas que demostraron que esta virosis y sus efectos nocivos podían suponer un importante problema fitosanitario para la producción de tomate y pimiento de los países miembros de la UE. Sobre esta base se adoptó la Decisión de Ejecución (UE) 2019/1615 de la Comisión, a fin de establecer medidas para evitar la introducción y propagación en la Unión de esta virosis.