El marco regulatorio europeo actual impone un escenario de reducción en el uso de materias activas de síntesis química y racionalización en el uso de fitosanitarios. En este contexto se asume como necesaria la definición de un modelo que combine un elevado nivel de protección para la salud humana y animal junto con el uso de las herramientas de control necesarias para salvaguardar la competitividad de la agricultura en la lucha contra plagas y enfermedades. La Gestión Integrada se convierte así en la estrategia de manejo necesaria para incorporar los conceptos de equilibrio, sostenibilidad y racionalización en la lucha contra plagas y enfermedades.
La agricultura europea viene experimentando desde 1991 un continuo proceso de transformación regulatoria que empezó con la Directiva 91/414/EEC y ha continuado con el actual Reglamento (CE) 1107/2009. Este proceso, entre otras cosas, ha supuesto la creación de un registro europeo único y una lista comunitaria de sustancias activas permitidas, que ha llevado a una revisión profunda de todas las materias activas presentes hasta la fecha.