El 20 de mayo de 2020 la Comisión Europea adoptó una nueva estrategia integral de biodiversidad y la estrategia ‘De la granja a la mesa’ con el objetivo de conseguir un sistema alimentario justo, saludable y ecológico. Las dos estrategias se refuerzan mutuamente y unen la naturaleza, los agricultores, las empresas y los consumidores para trabajar conjuntamente hacia un futuro competitivo y sostenible. En la estrategia ‘De la granja a la mesa’ se establece como uno de los objetivos reducir en un 50% el uso de fitosanitarios y el riesgo de estos. En este sentido, los productos fitosanitarios de bajo riesgo van a jugar un papel muy importante para alcanzar los objetivos de esta estrategia europea, por ello se hace necesario aumentar la disponibilidad de productos fitosanitarios de bajo riesgo implementando su evaluación y autorización.
El 20 de mayo de 2020, la Comisión Europea adoptó la estrategia integral de biodiversidad y la estrategia ‘De la granja a la mesa’ para conseguir un sistema alimentario justo, saludable y ecológico. Las dos estrategias se refuerzan mutuamente y unen a la naturaleza, los agricultores, las empresas y los consumidores para trabajar conjuntamente hacia un futuro competitivo y sostenible. En estas estrategias se proponen acciones y compromisos ambiciosos de la UE para detener la pérdida de biodiversidad en Europa y en todo el mundo y transformar nuestros sistemas alimentarios en estándares globales para la sostenibilidad competitiva, la protección de la salud humana y planetaria, así como el sustento de todos actores en la cadena de valor alimentario.
La estrategia ‘De la granja a la mesa’ permitirá la transición a un sistema alimentario sostenible de la UE que salvaguarde la seguridad alimentaria y garantice el acceso a dietas saludables. Su objetivo es reducir la huella ambiental y climática del sistema alimentario de la UE y fortalecer su capacidad de recuperación, proteger la salud de los ciudadanos y garantizar el sustento de los operadores económicos. La estrategia establece objetivos concretos para transformar el sistema alimentario de la UE, entre los que se incluyen de aquí a 2030 una reducción en un 50% del uso y el riesgo de productos fitosanitarios, una reducción en al menos un 20% del uso de fertilizantes, una reducción en un 50% en las ventas de antimicrobianos utilizados para animales de granja y acuicultura, y alcanzar el 25% de las tierras agrícolas bajo agricultura orgánica. En este sentido, los productos fitosanitarios de bajo riesgo van a jugar un papel muy importante para alcanzar los objetivos de esta estrategia europea.
El Reglamento (CE) No 1107/2009 de 21 de octubre de 2009, relativo a la comercialización de productos fitosanitarios, y la Directiva 2009/128/CE de 21 de octubre de 2009, por la que se establece el marco de la actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas, son los instrumentos legislativos existentes para conseguir el objetivo de reducir la dependencia del uso de productos fitosanitarios químicos.