El cultivo del olivar abarca en Andalucía una de cada tres hectáreas de cultivo, siendo la región olivarera más importante del mundo. Por ello, cualquier aspecto positivo o negativo que incida en este cultivo tendrá una importante repercusión para la agricultura andaluza y, consecuentemente, española. El olivar andaluz se va a enfrentar a importantes amenazas y retos en relación con la sanidad vegetal en los próximos años, como son la posible llegada de Xylella fastidiosa, la expansión de Verticilium dahliae, la disponibilidad de productos fitosanitarios, la incidencia de plagas emergentes, y la implementación de las Estrategias de Biodiversidad y ‘De la granja a la mesa’ promovidas por la Comisión Europea y la digitalización, entre otros.
La comunidad autónoma de Andalucía dispone de un potente sector agrícola y de gran relevancia a nivel nacional; concretamente, la Producción de la Rama Agraria (PRA) andaluza ascendió en 2021 a 14.482 millones de euros, lo que representa un 26,5 % de la PRA de nuestro país y supone algo más de un 3 % de la PRA de la UE-28.
La agricultura andaluza ocupa la mitad de la superficie total de nuestra comunidad autónoma, abarcando 4.399.491 ha, lo que representa el 18,9 % de la Superficie Agraria Util (SAU) de España.
En cuanto a superficie, el olivar es el principal cultivo de Andalucía con 1.639.627 ha, lo que supone aproximadamente un tercio de la SAU andaluza, es decir, que una de cada tres hectáreas de las tierras que se dedican a cultivos en Andalucía es olivar, por lo que cualquier incidencia que se presente en este cultivo tendrá una importante relevancia en la agricultura de nuestra Comunidad Autónoma y, consecuentemente, en la agricultura española.