El simposio internacional València BC, celebrado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias el 4 y 5 de julio, reunió a destacados expertos en gestión de plagas y enfermedades para presentar los principales avances en bioprotección vegetal y compartir experiencias en la búsqueda de métodos alternativos de control.
La Consellería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, organizadora del simposio junto al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, quiso reafirmar su apuesta por el control biológico en la gestión de plagas y enfermedades. En la inauguración, la consellera Mireia Mollà destacó la necesidad de desarrollar nuevas estrategias y herramientas que se anticipen al objetivo europeo de reducir a la mitad el uso de plaguicidas de origen químico en los cultivos para el año 2030. “Para la Conselleria resulta fundamental generar el mejor escenario para el sector primario, que pasa por criterios sostenibles de lucha, desde el acompañamiento al sector y la asistencia técnica”.
La apuesta por la bioprotección del Gobierno autonómico se concreta en la inversión prevista de 14 millones de euros en la ampliación y remodelación del Centro de Control Biológico de Plagas en Caudete de las Fuentes (Valencia) y la construcción de dos nuevos evolucionarios en el IVIA y en la Estación Experimental de Elche para la reproducción y cría de enemigos naturales.
La directora general de Política Agraria Común de la Comunidad Valenciana, Maite Cháfer, abrió el simposio para presentar la I+D+i agraria y agroalimentaria que impulsa la Conselleria y se divide en cuatro grandes ejes: Agroalimentación, Sostenibilidad y Economía Circular, Robótica y Mecanización y Protección Vegetal. Para financiar los proyectos de investigación e inversiones previstos en este plan, en 2022 se van a invertir 3.525.232 euros. El bloque de protección vegetal incluye, entre otras actuaciones, la selección, evaluación, cría masiva y liberación de enemigos naturales de las principales plagas; la búsqueda, evaluación y puesta a punto de alternativas sostenibles a los plaguicidas químicos (bioplaguicidas, fagos, antagonistas, elicitores de defensa, RNAi); o la creación de un catálogo de especies para su empleo en cubiertas vegetales y otras infraestructuras ecológicas que favorezcan el establecimientos de los agentes de control biológico.
Vicente Dalmau, jefe del Servicio de Sanidad Vegetal valenciano, repasó algunos de los programas de gestión de plagas en los que se utilizan métodos alternativos al uso de plaguicidas. Como el de la mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata). Con un programa de manejo integrado que incluye diversas medidas de biocontrol, como trampeo masivo y la Técnica del Insecto Estéril (liberación de machos estériles para copular con las hembras silvestres y producir huevos que no son viables, lo que reduce la población de la plaga), se ha conseguido reducir un 95% los tratamientos aéreos.