La Comisión Europea ha presentado su propuesta de reglamento para reducir el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos en un 50% hasta 2030, uno de los principales objetivos de la estrategia De la granja a la mesa. La propuesta, que deberá ser examinada por el Parlamento Europeo y el Consejo, transformaría la directiva vigente en un reglamento que será directamente aplicable en todos los países de la Unión Europea.
La Comisión alerta de que las normas vigentes de la Directiva sobre el uso sostenible de los plaguicidas “han demostrado ser demasiado débiles y se han aplicado de forma desigual. De la misma manera, no se ha avanzado lo suficiente en el uso de la gestión integrada de plagas, ni en otros enfoques alternativos”. En su propuesta, propone objetivos jurídicamente vinculantes para reducir la utilización y el riesgo de los plaguicidas y el uso de los más peligrosos en los próximos ochos años. Además, plantea la prohibición de los productos fitosanitarios en áreas verdes urbanas, así como en cualquier zona ecológicamente sensible por la presencia de polinizadores. Los Estados miembros fijarán sus propios objetivos nacionales de reducción dentro de parámetros definidos para garantizar la consecución de los objetivos fijados a escala europea.
La Comisión plantea un paquete de medidas para ayudar a los agricultores y usuarios a cumplir con los objetivos de la propuesta, como compensaciones a los agricultores por cualquier coste relacionado con la aplicación de las nuevas normas durante un período transitorio de cinco años, mayores facilidades para aumentar la disponibilidad de alternativas biológicas y de bajo riesgo en el mercado, o el apoyo a la investigación y el fomento de las nuevas tecnologías y técnicas, incluidas las englobadas en la agricultura de precisión.
En consonancia con su política de uso sostenible de plaguicidas, la Comisión propondrá, por primera vez, que los alimentos importados que contengan residuos cuantificables de sustancias prohibidas no puedan, en el futuro, comercializarse en Europa. “Esto contribuirá a crear un círculo virtuoso y animará a terceros países a limitar o prohibir también el uso de esos plaguicidas que ya estarán prohibidos en la UE”, argumenta la Comisión, que, en concreto, tiene previsto consultar a los Estados miembros y a terceros países sobre una medida que reduzca a cero los residuos de tiametoxam y clotianidina, dos sustancias que contribuyen a la reducción mundial de los polinizadores y ya no están autorizadas en la UE.