El mercado de los productos biológicos ha experimentado una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 9.2% desde 2014; tasa de crecimiento impulsada principalmente por el mercado de bioestimulantes y microorganismos, que supera considerablemente la CAGR del mercado global de protección de cultivos. Sin embargo, la aplicación de bioplaguicidas se sigue limitando a aproximadamente al 2% de los productos fitosanitarios, a pesar de la demanda creciente de soluciones más sostenibles (Agbioinvestor, 2021). Varios factores contribuyen a limitar su incorporación en el mercado: métodos de producción caros, poca estabilidad de almacenamiento, sensibilidad a las condiciones ambientales y problemas de eficacia.
Croda es un socio colaborador clave para quienes quieren ampliar su oferta en el mercado de productos biológicos, a través de su soporte en diseño y entrega de soluciones biológicas. En este artículo trataremos la formulación de microorganismos, la optimización de formulaciones para una eficacia biológica máxima y las soluciones de productos resistentes disponibles en Croda.
En el mercado agrícola, los dos tipos de microorganismos que se usan principalmente son los hongos y las bacterias. Ambos pueden usarse para estimular el crecimiento de los cultivos y para controlar enfermedades en combinación o en lugar de los plaguicidas sintéticos equivalentes. Si bien los hongos y las bacterias son similares en cuanto al modo de uso en su aplicación, son distintos en cuanto a su estructura celular, por lo que tienen un comportamiento específico en una formulación y en el campo. Tanto la composición química como la forma física de un microorganismo dictarán qué sistema de aplicación es el más adecuado. Un buen conocimiento de estos parámetros es importante para desarrollar formulaciones exitosas que permitan optimizar la eficacia y la aplicación en el campo.