El tsunami que nos ha traído la Civilización en el nuevo siglo está sacudiendo la Agricultura con violencia, y los que estamos en ese barco y nos dedicamos a la Sanidad vegetal nos sentimos muy afectados. Vivimos un tiempo en que nuevas enfermedades aparecen en nuestras plantas, el número de fitosanitarios que podemos utilizar contra ellas va disminuyendo poco a poco y los profesionales encargados de su control son formados con cada vez menor número de horas lectivas. En este escenario de dificultades parece cumplirse el principio de que «cuando algo va mal, puede ir a peor», y ahora se nos presenta una pandemia, primero, y una guerra, después.
Para los que en los años cincuenta éramos unos niños, ir al cine y ver una película de Walt Disney era algo extraordinario. Con ellas disfrutamos contemplando al ratón Mycky Mouse, al pato Donald, Blancanieves y, por supuesto, Peter Pan, personajes que vivían en un mundo ideal, y aunque sus vidas discurrían entre aventuras peligrosísimas siempre salían victoriosos. Aquellos mensajes nos hacían creer, porque los niños suelen transformar en realidad las fantasías de los cuentos, que cualquier adversidad siempre tiene un final feliz.
