Gracias a la ciencia podemos identificar mejor las amenazas que ponen en peligro nuestros cultivos, nuevas o ya existentes. En el caso de la vid, hace diez años se describió e identificó por primera vez el virus del Pinot gris (GPGV) como agente causal del Grapevine Leaf Mottling and Deformation (GLMD). Desde entonces, son muchas las regiones vitícolas que han detectado su presencia en sus viñedos y entre ellas debemos de incluir a La Rioja. En este artículo hablaremos brevemente de este virus, de su detección y de las actuaciones que se han desarrollado en La Rioja, así como de las implicaciones que puede tener para la viticultura actual.
La vid puede ser infectada por más de 80 entidades virales (Martelli, 2017). Estas entidades virales se transmiten fácilmente por propagación vegetativa, y por vectores, como insectos, ácaros y nematodos. Por esta razón, las vides cultivadas pueden verse afectada por uno o más virus, que influyen en el crecimiento y las respuestas ambientales de la planta, pudiendo reducir el vigor, el rendimiento y la calidad de la uva, lo que genera grandes pérdidas económicas en toda la agroindustria de la vid (Nuzzo y col., 2022).
Hace diez años se describió e identificó por primera vez el virus del Pinot gris (GPGV), que ha causado preocupación al confirmarse su amplia dispersión por todas las zonas vitícolas mundiales. Los primeros indicios del GPGV como agente causal del Grapevine Leaf Mottling and Deformation (GLMD) se remontan a 2003, cuando se observaron síntomas asociados a enfermedades de etiología viral; es decir, moteado clorótico, fruncido y deformación de las hojas, rendimiento reducido y aumento de la acidez y disminución de la calidad de las bayas, en plantas de la variedad Pinot gris en viñedos de Trentino (norte de Italia). Al no encontrarse relación entre estos síntomas y los agentes virales más habituales de la vid, se realizó una secuenciación de alto rendimiento, que tuvo como resultado el hallazgo de un nuevo virus filogenéticamente relacionado con el trichovirus GINV (Grapevine berry inner necrosis virus) y que Giampetruzzi y su equipo describieron en 2012 como GPGV, siendo esta la primera cita de este virus en el mundo (Giampetruzzi y col., 2012).